“Hemos mandado una carta documento al rector de la ULP para que nos reciba. No sabemos si esto obedece a una directiva de él o si es de más abajo, por lo que estaríamos encuadrando lo que pasa en violencia laboral”, describió Nemzoff.

El gremialista explicó que a comienzos de año un grupo de trabajadores de la Autopista de la Información quisieron sindicalizarse, agremiarse. Pero como la ULP es agente de retención, no hacía los aportes sindicales. “En todo caso, afectaban al gremio. Pero cuando se empezaron a sumar más trabajadores empezaron los ataques hacia ellos: los amenazaban con que no les iban a renovar los contratos, que los iban a echar. Hablaban de amonestaciones, que laboralmente no existen, pero es una mezcla de apercibimiento, intimación para aplicar una suspensión”, detalló.

Incluso, hay un caso de un empleado que fue despedido “de forma verbal, sin que haya un telegrama de por medio. No existe ningún instrumento legal o copia del contrato”.

La ULP no paga las horas extra ni los viáticos. “Y como hay un proceso de reacomodamiento, les piden que renuncien para reubicarlos. Eso es absurdo. Lo que se tiene que hacer es una transferencia administrativa de un área a la otra”, agregó Nemzoff.

¿Qué hay detrás de esta situación? El secretario del Siep dice que no quieren que los trabajadores se organicen, que es una política que se viene dando desde hace años y que no hay ningún trabajador sindicalizado.