Es Ramón Ayala, quien reemplazo al fallecido Gerónimo "Momo" Venegas.
En apenas nueve meses, a contar desde el fallecimiento de Gerónimo Venegas en junio pasado, su sucesor, Ramón Ayala, de bajísimo perfil, tomó un rol protagónico al que no estaba acostumbrado: lo sucedió al "Momo" como secretario general de la UATRE y de las 62 Organizaciones, el brazo sindical en el que se refugió el Gobierno. No solo continúa su legado oficialista sino que se despacha con una definición que podría espantar a unos cuantos sindicalistas peronistas: "Encontramos en Cambiemos el espacio que nunca encontramos en nuestras propias filas que es el peronismo, espacio en el que estamos alineados ideológicamente", dice Ayala.
Asegura tener afinidad con el gobierno de Mauricio Macri porque hace políticas "pro campo" y por lo que pasó con el kirchnerismo: "Todo empezó en 2008 con la 125 y Venegas decide enfrentar al Gobierno porque entendía que con esa resolución se atacaba a la producción". Profundiza: "El proyecto del Gobierno apunta no solo a reactivar el campo sino el país; pero con las dificultades que ha encontrado el Presidente entendemos que está haciendo un esfuerzo tremendo para salir de la crisis en la que nos dejaron".
Se declara "peronista de toda la vida" en su encuentro con Claríny recuerda que en su juventud era trabajador rural dedicado al acopio de cereales en Colón, provincia de Buenos Aires. Termina de tallar su perfil oficialista cuando rememora la gira europea que compartió junto a Jorge Triaca y otros 11 sindicalistas. Fueron 15 días en los que visitaron España, Holanda y Alemania para interiorizarse del "diálogo social" que se lleva adelante en esos países; mesas en las que participan los trabajadores junto a empresarios y gobiernos. Considera que "se deberían llevar adelante en el país" y pone como ejemplo "la mesa de la carne" que comanda el propio Macri. Apenas unos días después de aterrizados, la semana pasada el Presidente lo recibió junto a los otros 11 sindicalistas viajeros. Le pidieron repetir la experiencia del viaje pero con empresarios incluidos.
En el convulsionado mundillo sindical, Ayala también tuvo su fractura interna, como la tiene la CGT y los distintos gremios que se le fueron abriendo a Moyano cuando decidió encarar la marcha del 21F. Aunque dice desconocer el motivo, su alineamiento ciego al Gobierno le costó que en los últimos días se fueran unos cuantos gremios de la estructura de Las 62 Organizaciones; también hablan de que el ruralista "no" los representa.
Ayala reconoce la diáspora, pero la reduce a "solo tres sindicatos". Ellos son: el de recibidores de granos (URGARA), los motoqueros de ASIMM y los trabajadores del vidrio (SOIVA). En cualquier cosas minimiza la cuestión y mira el rearmado de la CGT: "Estamos jugando por la reunificación del movimiento obrero y participamos de las reuniones y queremos participar de la conducción".
La UATRE, luego de Comercio, es el gremio con mayor cantidad de afiliados: 600.000 a los que se le pueden sumar 350.000 trabajadores temporales. Además, tiene 132 actividades. Y por ejemplo, la paritaria del sector de "pera y manzana", que es temporal de enero a marzo, cerró con el 15 por ciento en un solo tramo.
Ayala dice "no" temerle a la Reforma Laboral "porque el campo es muy dinámico y se está tecnificando continuamente por lo que hay capacitaciones de manera continua". De hecho asegura que de "los noventa para acá se perdieron 30.000 puestos de trabajo en el campo y que se perdieron 12 millones de cabezas de ganado".
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