De a poco se va acercando el fin de año. Y, con él, llegan las fiestas y también un tema que en los últimos tiempos genera mucha polémica: el uso de los fuegos artificiales. Por eso muchas personas, por ejemplo, expresan en las redes sociales su preocupación por el sufrimiento que los ruidos ocasionan en personas sensibles y animales. Pero también se generan prohibiciones para el uso de la pirotecnia en diferentes distritos. Ante estas situaciones es que hace poco más de un año surgió el Sindicato Único de Empleados la Industria de la Pirotecnia (SUEIPA). Su secretario general, Guillermo Cantatore, dialogó con Gestión Sindical y contó que la principal lucha de ellos es por lograr que “la actividad de profesionalice y se regule en todo el ámbito nacional. La idea es que los municipios dejen de votar ordenanzas y prohibir porque sí, sin tener conocimiento”.

Cantatore también explicó que desde el sindicato tomaron la decisión de que se elimine el uso de todos los productos que generan estruendo: “La idea nuestra es evolucionar. Por eso lo hicimos. Y porque yo mismo vi en persona cómo sufre, por ejemplo, un niño autista cuando escucha las explosiones”. En ese sentido reconoció que tuvo resistencia desde los empresarios, “porque seguramente ellos tenían mucho stock y esto les ocasiona una pérdida. Pero nosotros avanzamos y lo hacemos desde la empatía con toda la sociedad”.

El referente también pidió que “se tenga en cuenta que hay muchas personas que viven de esta actividad. Por eso no es sólo prohibir por prohibir. Esta semana, por ejemplo, en Zárate salió un decreto que dice que se prohíben los productos que dañen a terceros. ¿Y cuáles son esos productos? Son cosas que no tiene sentido”. Y agregó: “Lo que buscamos, además, es que se hagan cursos de capacitación y que hayan controles. Porque la verdad es que es muy fácil para cualquiera hacer pirotecnia y también se consigue en cualquier lugar, y todo eso aumenta los riesgos de accidente”.

Por último, Cantatore dijo que “un concejal no tiene por qué saber de pirotecnia, pero sí tienen que pensar cuánta gente vive de esto y a cuántos va a dejar sin trabajo cuando prohíbe directamente el uso en un municipio. Por eso, como siempre decimos, la discusión tiene que darse. Pero la discusión tiene que ser con los trabajadores adentro”.