Las 62 Organizaciones Peronistas de Ricardo Moreno y Marcelo Díaz celebraron un acto de apoyo al gobernador en su cruce con el Gobierno Nacional. Asistieron funcionarios provinciales, municipales y legisladores, además de 65 secretarios generales de 11 delegaciones de la provincia.
Por Felipe Osman.
En el auditorio de Alecyt, el sindicato de Correos que comanda el secretario general de las 62-O, Marcelo Díaz, se reunieron ayer los titulares de sus 65 sindicatos asociados a la organización que el gremialista conduce junto a Ricardo Moreno, concejal de Hacemos Unidos e ideólogo del armado que se presenta como el brazo sindical del oficialismo provincial.
Por parte de la Provincia y la Municipalidad, asistieron el secretario general del Ministerio de Desarrollo Social, Paulo Cassinerio, el presidente de la agencia Córdoba Joven, José Ignacio Scotto, el vice intendente Javier Pretto y el presidente de la bancada oficialista en el Concejo Deliberante, Martín Simonian.
Los organizadores, que esperaban la presencia del intendente Daniel Passerini y del presidente de la bancada oficialista en la Legislatura, Miguel Siciliano, vieron desinflado el evento, que de todas maneras expresaron su respaldo el gobernador.
Al momento de tomar la palabra, Moreno expresó el respaldo de la organización a Llaryora, y en especial “a la defensa de una Córdoba productiva y al federalismo”, y pidió al mandatario sostener sus reclamos ante el Gobierno Nacional.
El anfitrión hizo también extensivo el respaldo de la organización al intendente. “Sabemos que no le toca una situación fácil, pero también sabemos que va a hacer lo imposible para que los cordobeses tengan un transporte público a un buen precio y con un servicio de calidad”, apuntó, aludiendo a la crisis desatada en el sistema de transporte público a partir de la eliminación del Fondo Compensador del Transporte, que suprime los subsidios al transporte de pasajeros en el interior del país.
Contexto
El mitin organizado por los sindicatos que responden a Moreno llega después de una semana en la que se dieron varios cruces entre el Gobierno Nacional y el mandatario provincial.
Debe recordarse que, tras la caída de la Ley Ómnibus, Javier Milei salió a acusar de “traidores” a los gobernadores que, con representación en los bloques dialoguistas, acompañaron la aprobación del proyecto en general pero votaron en contra de varios artículos cuando empezó el tratamiento en particular.
Y si bien era sabido que, de los 144 votos que aprobaron en general, 56 lo hicieron en disidencia, esto no fue obstáculo para que el oficialismo saliera a hablar de “traición de los gobernadores”, probablemente, para disimular la propia impericia.
En esas acusaciones, Martín Llaryora y Maximiliano Pullaro fueron los principales señalados. Ambos rechazaron, entre otros puntos, el aumento de las retenciones a las economías regionales y pidieron que se extendiera la coparticipación del impuesto País, algo que enervó al presidente.
48 horas después, el Gobierno Nacional anunciaba la eliminación de los subsidios nacionales al transporte para el interior del país. Y cinco días después, la eliminación del Fondo de Incentivo Docente, lanzando otra bomba contra las provincias, que en estos momentos abordan las paritarias con los sindicatos docentes para garantizar el regular inicio de las clases, el 26 de febrero.
Además, el propio Milei salió a cuestionar a Llaryora por la organización de eventos y festivales, una iniciativa compartida por la mayoría de los mandatarios provinciales que buscar dinamizar sus economías a través del turismo.
El gobernador, con aplomo, respondió los dichos del presidente sin entrar en contrapuntos, resaltando la importancia de reconstruir el diálogo y encontrar consensos para superar la crisis que atraviesa el país, pero sin retroceder en la defensa de los intereses de la provincia, y destacando la necesidad de que el Gobierno Nacional complemente su plan fiscal con un plan productivo, para reactivar la economía, generar empleo y mejorar el ingreso de los argentinos.
El acto celebrado ayer, organizado por las 62-O, tuvo precisamente el objetivo de respaldar la posición planteada por Llaryora en el debate nacional, y mostrar el apoyo de los sindicatos a la visión del gobernador.
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