Es la central obrera que lidera el sindicalista detenido. Pidieron por su libertad y por la de Catrambone. También declararon el estado de “alerta y movilización” en respaldo de los detenidos.
La detención de Julio Mauricio Saillén y de Pascual Catrambone, dirigentes del Sindicato Único de Recolectores de Residuos y Barrido de Córdoba (Surrbac), sólo recogió el rechazo de la CGT Rodríguez Peña, que encabeza el propio Saillén junto a Gabriel Suárez, de Luz y Fuerza. El resto de las entidades gremiales asumió el silencio.
Al finalizar la tarde, la CGT Rodríguez Peña emitió un comunicado firmado por Suárez en el que afirma que los operativos de ayer “no son casuales y atentan contra el funcionamiento de las instituciones y contra la independencia de los poderes del Estado”.
La central agregó que el accionar de la Policía provincial, de Gendarmería y de la Policía Aeroportuaria fue “absolutamente desmesurado para lo que supuestamente pretendían realizar, como el ingreso al domicilio de Mauricio Saillén destruyendo la puerta de entrada a pesar de contar con la colaboración manifiesta y la llave para acceder”.
“Esto nos recuerda a los más oscuros años de la dictadura, donde el terror era desplegado desde las propias fuerzas del Estado”, señala el comunicado.
Luego agrega: “El movimiento obrero y el pueblo están preocupados por la posibilidad de que ciertos intereses políticos estén detrás de estas maniobras excesivas y desmesuradas”.
Al mismo tiempo, solicitaron que se “garantice el accionar de la Justicia sin que ninguna interferencia se produzca”, aunque a párrafo seguido se pide la liberación “de los compañeros y que la Justicia se encargue de demostrar la falsedad de las acusaciones que han generado estos hechos”.
“Este no es un ataque a los dirigentes Mauricio Saillén y Pascual Catrambone, este es un ataque a los trabajadores y a sus organizaciones gremiales”, afirma el escrito y anuncia el “estado de alerta y de movilización en respaldo a los compañeros”.
Pese a lo efusivo del comunicado, no hubo mayores repercusiones en universo sindical cordobés. Por ejemplo, desde la CGT Regional Córdoba no emitieron ninguna declaración. Este diario intentó comunicarse con José Pihen, titular de la central, pero no respondió el llamado.
Tampoco hubo muestras de apoyo públicas de otros sindicatos que son parte de la CGT Rodríguez Peña, como el Sindicato Único de Obreros y Empleados Municipales (Suoem).
Otro gremio grande de Córdoba, como la Unión Tranviarios del Automotor (UTA), se sumó al silencio. Esto se explica por la activa participación que tuvo Saillén en el paro de transporte que derivó en la intervención de la delegación cordobesa durante junio de 2017.
En ese entonces, el Surrbac copó la protesta de los choferes disidentes y fogoneó la conformación de una línea alternativa a Roberto Fernández, el titular nacional de ese sindicato.
Este diario también consultó a Pablo Chacón, titular de la Asociación Gremial de Empleados de Comercio (Agec) y compañero de lista de Franco Saillén por el Frente de Todos. “Pablo no va a hablar, que se arreglen ellos con sus problemas”, sintetizaron desde el círculo cercano a Chacón, quien cuando quedó tercero en la lista recibió una andanada de descalificaciones por parte de los Saillén.
En el municipio optaron por el silencio
El Departamento Ejecutivo de la Municipalidad optó por el silencio ante la detención de las principales figuras del Sindicato Único de Recolectores de Residuos y Barrido de Córdoba (Surrbac).Ante una consulta realizada por este diario, desde el gobierno de Ramón Mestre sólo se ocuparon de informar que el servicio de recolección no está resentido en la ciudad.“Hay que preguntarle al peronismo, que le soltó la mano”, lanzó un alto funcionario en estricto off the record.Quien sí habló fue el candidato a diputado por el Frente de Todos Eduardo Fernández, que encabeza la lista en la que Franco Saillén, el hijo del detenido líder del Surrbac, ocupa el quinto lugar.Para Fernández, “si está la Justicia de por medio y está garantizado el derecho de defensa, hay que dejar que esta trabaje”.El candidato dijo que le llamó la atención la fecha en que se produjeron las detenciones, pero aclaró que no tiene elementos como para decir que haya una operación política por detrás. “Espero que se aclare la situación”, manifestó.Desde el ConcejoLa concejala Laura Sesma es una de las denunciantes del Surrbac en otras causas. En el programa Voz y voto recordó que también hay una causa en la Justicia provincial por el origen de los fondos y sostuvo que el impulso de ayer tuvo que ver con una denuncia de ella ante la Unidad de Investigaciones Financieras.“Todo viene por el negocio de la basura. Ojalá que esto no termine solamente en los sindicalistas”, manifestó.Un poder gremial que creció al amparo de la MunicipalidadMauricio Saillén fue el delegado más poderoso de Hugo Moyano en Córdoba. Hasta que decidió romper con la Federación de Camioneros y consolidar el poder del Sindicato Único de Recolectores de Residuos y Barrido (Surrbac), del que es líder indiscutido desde hace mucho más de una década.Abiertamente alineado con el kirchnerismo, tomó la decisión de romper con Moyano con el respaldo del Ministerio de Trabajo de la Nación, entonces en manos de Carlos Tomada. Pero también lo hizo en un contexto propicio a la expansión del poder gremial: en 2009, el intendente Daniel Giacomino tomó la decisión de estatizar el servicio de higiene urbana y creó Córdoba Recicla Sociedad del Estado (Crese).Fue con la Crese que el Surrbac de Saillén se volvió todopoderoso. La cantidad de empleados del servicio de higiene urbana creció abruptamente –Pascual Catrambone, mano derecha de Saillén y también detenido ayer, era director obrero, a cargo de Recursos Humanos– y los salarios ya no fueron tan buenos como los de Camioneros, sino que siempre fueron más altos. Desde entonces, los beneficios laborales también son mayores para los recolectores cordobeses.El costo de la basura nunca dejó de crecer, al igual que el poder gremial.Cuando asumió Ramón Mestre en la Municipalidad de Córdoba, el desguace de Crese fue la prioridad absoluta y, en febrero de 2012, se concretó la transferencia a manos privadas (Lusa y Cotreco) de los servicios de recolección.No obstante, el poder de Saillén tampoco conoció límite en los últimos ocho años: todo lo contrario, fue el período en que se profundizaron el personalismo extremo y los manejos que ahora comenzó a objetar la Justicia.En paralelo, el Surrbac sumó su mutual, su club deportivo y un amplio despliegue político en la zona sur de la ciudad. Franco Saillén, hijo de Mauricio, fue elegido legislador provincial por el kirchnerismo en 2011 y ahora integra la lista de diputados nacionales del Frente de Todos.Con Mestre, además, el municipio decidió crear el Ente de Servicios y Obras Públicas (Esop), un organismo en el que el Surrbac es mucho más que el gremio que representa a los más de 1.100 empleados.El poder del sindicato de Saillén en ese ente municipal es casi tan amplio como el que tenía en la Crese, y el municipio volvió a ser el mayor empleador del servicio de higiene urbana.Además, ese ente municipal aloja por entero a todo el cuerpo gremial, a los integrantes de las comisiones directivas del sindicato, de la obra social, de la mutual y hasta del club deportivo del Surrbac.
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