Las consultoras en RRHH coinciden en que más de la mitad de las empresas darán aumentos por debajo de lo planificado antes de la pandemia
Todo lo que se había previsto para 2020 quedó desactualizado; se lo puede ir a buscar a la papelera, y no precisamente la que permite reciclar. Lo mismo sucede con los aumentos de sueldos que las empresas habían planeado para sus colaboradores: la gran mayoría minimizó sus presupuestos en este punto.
Al mismo tiempo, los empleados, conscientes de lo que se viene, empiezan a expresar que prefieren rescindir parte de sus ingresos pero, a cambio, retener sus puestos.
Es así que, según el Estudio de Compensaciones, Beneficios y Tendencias realizado por HuCap, un 83% de las compañías encuestadas reconoció que modificó su presupuesto para incrementos salariales o lo hará.
¿En qué medida se dan estos recortes? Un 38% señaló que los aumentos serán inferiores a lo que habían pensado dar (esa disminución gira en torno del 17,5%, en promedio), el 33% no brindará incremento salarial, el 21% todavía no tomó la decisión y el 8% aseguró que dará lo prometido a principios de año, pero una vez pasada la emergencia sanitaria.
Por su parte, Mercer, otra consultora de RRHH, al analizar el mercado asegura que casi 4 de cada 10 empresas consultadas en marzo y en mayo redujeron sus intenciones de incrementos salariales. Esta merma es en promedio de 11 puntos porcentuales.
El lado positivo es que, según el estudio de esta consultora, el margen de las firmas que espera sostener el incremento es mayor. Es así que para Mercer el 41% de las compañías mantendrá el incremento anual estimado para 2020, mientras que un 20% de las empresas aumentaron el incremento anual estimado, en promedio 4 puntos porcentuales.
Como consecuencia, en el mercado total encuestado, el incremento anual previsto se redujo en promedio 3,1 puntos porcentuales, pasando de un 41,2% en marzo a un 38,1% en mayo.
"Con nuevos presupuestos adecuados a esta nueva realidad, el 50% de las organizaciones no realizó ni tiene previsto realizar incrementos. A su vez, el 40% de ya otorgó incrementos entre febrero y julio, en tanto que el 10% tiene previsto hacerlo en agosto y septiembre", señala Carlos Contino, socio gerente de CONA RH.
Según los números que maneja esta consultora, es interesante ver cómo varió la brecha entre lo planificado y lo otorgado. ¿Por qué? Es que mientras los mínimos aumentos que se pensaban dar crecieron del 2 al 6%, lo contrario sucedió con los incrementos medios y altos. Es así que los medianos cayeron del 10 al 3%, y quienes más iban a mejorar sus salarios pasaron de tener una previsión de incremento del 25 al 15%.
A esto hay que agregar las suspensiones de actividades, que consecuentemente se trasladaron a los colaboradores. "El 60% de las empresas se vieron obligadas a suspender actividades totales y/ o parciales y consecuentemente de personal. Entonces, los descuentos aplicados a los trabajadores suspendidos variaron de un mínimo del 3%, una mediana del 20% y un máximo del 50%", agrega Contino.
Trabajo versus sueldo
En el escenario de pandemia, y habiendo experimentado el combo que significa una crisis económica más un parate casi total de las industrias por la cuarentena, los argentinos empezaron a ordenar sus prioridades. Es así que seguridad laboral le gana a mejores ingresos.
Esto se desprende del estudio Employer Brand Research 2020, realizado por Randstad. Aunque la encuesta se realizó en 33 países y participaron 185 mil personas, tiene un apartado sobre Argentina que deja ver que el 69% de los trabajadores locales estaría dispuesto a resignar parte de su salario a cambio de una mayor seguridad en su trabajo.
Al analizar más en profundidad el estudio, se sabe que el 19,6% de los consultados estaría dispuesto a resignar entre el 1 y el 5% de su salario en pos de una mayor seguridad laboral, un 10,4% resignaría entre el 11 y el 15% de sus ingresos, un 12,5% entre el 16 y el 20% de su sueldo, un 17,7% cedería entre el 6 y el 10% de su sueldo, mientras que un 8,9% estaría dispuesto a resignar más del 20% de su ingreso. En el otro extremo, el 31% no está dispuesto a resignar salario a cambio de mayor seguridad en su trabajo.
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