El Gobernador de Santa Cruz, en el discurso de asunción, dijo una sola frase reveladora, contundente y esclarecedora de su actuación al frente del Ejecutivo provincial. Ese párrafo es el núcleo del problema inmediato que van a tener todos los empleados públicos de Santa Cruz. Vidal usó el mismo argumento que Milei: “no tenemos plata”.
“Tenemos un déficit fiscal anual en Servicios Públicos de más de 21.600 millones, en Distrigas más de 4.800 millones, en la Caja de Servicios Sociales 42 mil millones, en los Municipios 12.000 millones y en la Caja de Previsión 48.000 millones y si tuviéramos que dar un aumento hoy a los trabajadores estatales, no hay fondos, la situación actual es insostenible”.
El valor y significado de las palabras
Las palabras en boca de una autoridad, cobran un valor específico y determinante. Vidal usó un enunciado condicional que tiene en sí mismo una definición per se. “Si tuviéramos que dar un aumento hoy…” gramaticalmente es un verbo en modo subjuntivo cuyo significado es inespecífico, porque va precedido del conjuntivo “si”. Dicho esto, la incertidumbre es hoy oficialmente la única esperanza que deben guardar los empleados públicos de Santa Cruz, quienes pagarán (una vez más) con su sacrificio, las cuentas de Alicia y Vidal.
Vidal, para decir lo que dijo, se apoyó en el principio que reza “es mejor una verdad incómoda que una mentira confortable”; lo que no va a poder lograr el nuevo Gobierno, si su objetivo no incluye balancear medidas drásticas con otras complementarias que muestren confiabilidad y orden, es mantener la gobernabilidad a espaldas de la necesidad de la gente o sobre sus bolsillos, como históricamente ha sido con el kirchnerismo.
Las palabras de Vidal transitan por un camino muy angosto entre las necesidad de la gente que está por debajo de la línea de pobreza y las posibilidades económicas de un Estado que fue saqueado por varias generaciones. Ahora bien, una como otra son necesidades urgentes; de su habilidad para compatibilizarlas, resultará el éxito o el fracaso,
No creo que docentes, judiciales y trabajadores del Estado en general, decidan resignar tiempo y calidad de vida por un año y medio o dos, solo para “ayudar” a un nuevo Gobierno que deberá demostrar cómo reduce gastos, cómo contrata y cómo recorta. La experiencia indica que en todos los casos, el sufrimiento lo padece el trabajador medio, el asalariado y la gente de menos recursos, quienes soportan siempre lo más crudo de cualquier ajuste.
La asistencia de Cristóbal López a la asunción de Vidal, no es solo llamativa, sino muy significativa. La lectura política indica que el corrupto empresario kirchnerista, está buscando ingresar con sus negocios en Santa Cruz y/o aumentar los que tiene, aprovechando la amistad con el petrolero.
Ahora llegó el momento en que las palabras deben ser respaldadas por los hechos. El Gobernador Vidal deberá demostrar en la práctica si su vocación fue solo de poder y/o si está capacitado para ejercerlo en la práctica, sin caer en los mismos vicios que sus predecesores.
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