Esta modalidad, que acumula 48 horas semanales, ha sido ampliamente rechazada por la mayoría de los trabajadores, quienes denuncian que vulnera derechos adquiridos, especialmente entre aquellos con mayor antigüedad.

“A los empleados más antiguos, los que tenemos más de cinco o diez años en la empresa, en un principio nos ofrecieron trabajar seis días de corrido y descansar dos, pero sin pagar el 100% de sábados, domingos y feriados. Obviamente, eso fue rechazado, entonces implementaron esto del cuatro por cuatro, pero tampoco lo aceptamos porque son jornadas laborales de 12 horas y no reconocen los pagos extras como corresponde. Todas las horas se pagan como simples”, explicó un trabajador con más de 12 años en la compañía.

Además, el conflicto escaló con despidos recientes, lo que ha generado mayor incertidumbre entre los empleados. Jorge Martínez, secretario general del Sindicato de la Alimentación, declaró: “El sindicato tuvo dos reuniones con la empresa y rechazamos cualquier tipo de coerción o apriete para que los trabajadores acepten la nueva jornada. La mayoría no está de acuerdo con esta propuesta. Sin embargo, la empresa dejó claro que reducirá personal si no se adapta al cambio”.

Los trabajadores también denuncian un entorno laboral cada vez más hostil hacia quienes rechazan la nueva modalidad. Según afirman, los empleados recientemente contratados bajo este esquema, en su mayoría jóvenes, están abandonando sus puestos debido a la dificultad de soportar jornadas tan extensas. Martínez agregó: “Los trabajadores nuevos son contratados bajo el esquema de 12 horas, pero no pueden imponérselo a los empleados con más trayectoria”.