Se trata de Fiplasto, una maderera de vital importancia en la ciudad bonaerense de Ramallo porque emplea en forma directa a más de 250 trabajadores por lo que es gravitante en la economía de los 40.000 habitantes. La empresa fue comprada el año pasado por el grupo de Marcelo Mindlin, también dueño de Pampa Energía y ahora está en riesgo su continuidad.
La ciudad de Ramallo, en la provincia de Buenos Aires, vive momentos de tensión debido a los despidos en la empresa maderera Fiplasto, adquirida en 2023 por el grupo inversor liderado por Marcelo Mindlin, propietario de Pampa Energía. La población local ha manifestado su preocupación por el posible cierre de la compañía, la cual emplea a más de 250 trabajadores y cumple un rol central en la economía de esta ciudad de 40.000 habitantes. Carteles y pasacalles con frases como “No al cierre de Fiplasto” reflejan el miedo a la pérdida de empleos que impactaría fuertemente en la comunidad.
El Concejo Deliberante de Ramallo reaccionó ante esta situación aprobando un proyecto de resolución unánime para expresar su “preocupación por los despidos”. Adrián Lescano, presidente del cuerpo legislativo, declaró que se trata de un “gesto de acompañamiento hacia los despedidos, que son vecinos de Ramallo”. Además, enfatizó la compleja situación laboral en el distrito y la necesidad de respaldar a los trabajadores en este momento crítico para el sector maderero.
La crisis en Fiplasto se originó en parte por una fuerte caída en las ventas de tableros de madera, lo que obligó a la empresa a detener la producción durante un mes a mediados de 2024. Pese a la implementación de medidas para reorganizar el personal, como la reubicación en tareas de limpieza y pintura, la empresa no logró recuperarse. Además, la disminución de pedidos de clientes importantes como Coca Cola y Quilmes complicó aún más la situación, generando una sobreproducción de tableros frente a una demanda reducida.
Fuentes gremiales indicaron al portal Iprofesional que, aunque Fiplasto tiene proyectos de expansión, se han recortado puestos laborales para adaptarse a la realidad del mercado, afectando a menos del 5% del plantel.
Sin embargo, los habitantes de Ramallo temen que el compromiso de crecimiento y desarrollo prometido en el momento de la compra quede en el aire si la crisis no se revierte pronto. Hasta ahora, ni el grupo inversor de Mindlin ni la empresa han emitido declaraciones claras sobre el futuro inmediato de Fiplasto, dejando en vilo a la comunidad.
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