El tercer paro de la CGT contra Milei tuvo adhesión dispar e impacto moderado

El tercer paro de la CGT contra Milei tuvo adhesión dispar e impacto moderado

La huelga contra el ajuste quedó debilitada porque los colectivos circularon con normalidad; el Gobierno relativizó la protesta y para los gremios “fue un éxito rotundo”.

Por: Nicolás Balinotti.

Decidida a confrontar con el Gobierno después de una tregua que duró casi 12 meses a cambio de no reformar el modelo sindical, la CGT activó su tercer paro general contra la gestión de Javier Milei con un acatamiento dispar e impacto moderado a partir de la decisión de la UTA, el poderoso gremio de los colectiveros, que se desmarcó de la protesta. La postal fue la de un país en movimiento, aunque con actividades y sectores que alteraron su normal funcionamiento.

La huelga, que comenzó anteayer con una movilización callejera al Congreso para impulsar el reclamo de los jubilados por un aumento de emergencia, se concretó en un contexto de aceleración inflacionaria e incertidumbre económica por los eventuales coletazos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, en la que Javier Milei tomó partido por su aliado Donald Trump.

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El Gobierno relativizó el impacto de la huelga con acusaciones a los sindicalistas. “Es un ataque a la República”, dijo el vocero presidencial, Manuel Adorni, sobre la medida de fuerza. Calificó a los dirigentes de la CGT como “animales salvajes” y los vinculó con el kirchnerismo. Omitió cualquier referencia al pacto sellado el año pasado entre La Libertad Avanza y los gremios para que no prosperen en el Congreso los proyectos de ley de Pro y la UCR para reformar el model sindical vigente, una iniciativa que preveía limitaciones al poder de representación y recaudación de los sindicalistas. Milei solo replicó mensajes de las redes sociales en los se acusaba a los sindicalistas de llevar una vida de lujo y moverse en autos de alta gama.

El paro de la CGT fue en reclamo de paritarias libres frente a la presión oficial de acotar los aumentos salariales a un 1 por ciento mensual. Además, la protesta fue para exigir un incremento en los presupuestos de salud y educación tras el paso de la motosierra libertaria. También fue para rechazar el nuevo pacto que el Gobierno está por anudar con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los gremios manifestaron, además, su oposición a las privatizaciones prometidas por Milei y cuestionaron los despidos en el sector público y privado.

Para la CGT, el paro tuvo una “fuerte adhesión” y reforzó los motivos de su reacción: una caída salarial de 5,47%, la pérdida de 13,4% de poder adquisitivo de las jubilaciones y una baja en el empleo, según señaló en un comunicado. “La medida fue un éxito rotundo, entre la movilización y el paro. El principal emprendimiento de la Argentina, que es Vaca Muerta, estuvo paralizado”, dijo Héctor Daer, la voz cantante del triunvirato de mando. Y agregó, rodeado de la cúpula cegetista: “No se puede una pensar una Argentina con precios libres y salarios pisados”.

Sergio Romero, Octavio Argüello, Héctor Daer y Carlos Acuña, en la CGT, para la evaluación del paroHernán Zenteno - LA NACION

La jornada transcurrió sin incidentes, aunque hubo dos episodios que generaron tensión. Un grupo de militantes de la izquierda chocó con la Gendarmería en el Puente Puyrredón, en Avellaneda, pero la situación se disipó a los pocos minutos y la interrupción del tránsito duró menos de una hora. Se registraron además ataques con piedras a diferentes colectivos que circularon a pesar de la huelga. En Bahía Blanca, por ejemplo, la UTA suspendió el servicio por “la ola de daños y vandalismo”.

El Gobierno trabajó fuerte para debilitar el paro de la CGT. El primer paso fue dictar la conciliación obligatoria en el conflicto que la UTA mantiene con los cinco cámaras del sector por los aumentos salariales para los choferes de colectivo. El secretario de Trabajo, Julio Cordero, quien en otras discusiones sectoriales evitó la herramienta de la conciliación obligatoria, encontró esta vez un motivo para cambiar de postura: desde hace casi dos semanas que la UTA está imposibilitada de tomar “cualquier medida de fuerza”, según la normativa. Y así sucedió, a pesar que la medida solo contemplaba el el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde el Estado despliega el 70% de los $172.000 millones mensuales con los que funciona el servicio con un boleto subsidiado.

La otra maniobra oficial fue ordenar a la Superintendencia de Servicios de la Salud una auditoría sorpresa en la obra social de la UTA para revisar las cuentas de una de las cajas de Fernández, cuya administración está en manos de su esposa.

Funcioanron los colectivos, pero no hubo trenes, subtes, aviones y se paralizó la actividad porturia.

Un puente con empresarios y el Gobierno

En la CGT ya se trabaja para el día después del paro. Hay un grupo de dirigentes que ya tendió puentes con empresarios del Grupo de los Seis (la Unión Industrial Argentina, la Cámara de la Construcción, la Asociación de Bancos Argentinos, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Cámara de Comercio y la Sociedad Rural) y con el Gobierno con el objetivo de impulsar una agenda “de producción y trabajo”. La preocupación de los sectores se acentuó por el temor a una recesión que golpee al empleo tras la medida arancelaria que impuso Estados Unidos. Habrá que esperar a que cierren las heridas tras el cruce de las acusaciones antes de programar un encuentro para dar vuelta de página. También habrá que esperar a las consecuencias del acuerdo con el FMI.

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