Enrique Terny, secretario general del  Sindicato Argentino de Trabajadores de la Industria Fideera, ironizó sobre los dirigentes que eligieron apoyar al actual Gobierno y apuntó también hacia la reforma laboral y no dudo en criticar a Triaca por la situación ilógica que se dio con su empleada domestica.

Sabido es que, algunos gremios, preferentemente enrolados en las 62 Organizaciones Peronistas, inclinaron su preferencia hacia la opción política de Mauricio Macri, la cual hoy muchos la mantienen, pero otro no. En relación a esto y vinculado a la reforma laboral, el dirigente gremial considero que plantea un cambio en la relaciones entre empleador y empleados y “pone en jaque al modelo argentino de negociación por rama de actividad”. En una entrevista realizada por la periodista Amalia Antúnez, para el portal de la Regional Latinoamericana de la UITA, Terny lanzó: “Es un tiro en el pie para todos aquellos dirigentes sindicales y trabajadores que apoyaron la elección de Macri, pero estoy seguro que se lo quieren dar un poco más arriba”.

Terny asegura que modelo de gobierno de Macri se refleja en lo que se aplicó en la década del ´90 en Argentina, que “significó ajuste tras ajuste; recorte del gasto social; reducción de puestos de trabajo; inflación disparada; topes para la negociación colectiva”.

En eje con la actualidad que vive el movimiento sindical nacional y concretamente la realidad de la CGT, Terny lamentó “que el movimiento obrero argentino nunca ha sabido distinguir entre adversario y enemigo”. “La situación que hoy estamos viviendo es consecuencia de la ambivalencia con la que se ha manejado una parte importante del movimiento obrero argentino, por diferencias y desacuerdos con el gobierno anterior apoyó a este con la esperanza de que se diera un cambio”, y agregó: “Ahora lo estamos padeciendo todos, porque de hecho con este gobierno sí hubo un cambio: se está favoreciendo a los sectores más poderosos en detrimento de los que menos poseen”.

Por último, en la entrevista se refirió al caso que envuelve al ministro de Trabajo de la Nación, Jorge Triaca, en el cual se conoció a una empleada domestica que trabajaba en su domicilio de manera informal y que después se la vinculo con el SOMU. “Este episodio demuestra la falta de autoridad moral de este Gobierno, que ha pregonado el blanqueo laboral de los trabajadores y trabajadoras mientras su máximo exponente en lo que refiere a derechos hace lo que hizo. Demuestra que carecen de ética y que su único argumento es el de la herencia recibida, que en vez de mejorar la agravan”, finalizó.