En el día de ayer se trató en el Concejo Deliberante de Luján, entre otros temas, la instalación de Araucaria, la empresa de generación termoeléctrica que tuvo distintas instancias a lo largo de los últimos gobiernos municipales, donde siempre de alguna manera el tema fue politizado.
En el día de ayer el proyecto se prestaba para ser votado, pero debido a la presencia de organizaciones locales fue suspendida la sesión luego de que irrumpieran manifestantes en el recinto para expresar su descontento.
Los manifestantes pidieron pasar a cuarto intermedio el tema -al tiempo que pedían una audiencia con el intendente local, Leonardo Boto-, y finalmente se resolvió continuar con la sesión el día jueves, a las 17.00, donde todo parece indicar que se aprobaría, tal como estaba previsto.
El dato que sí llamó la atención es la presencia del secretario General del Sindicato de Trabajadores Cerveceros de la Ciudad de Luján (SITECICSA), Oscar Lescano, y de empleados y delegados de la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU), en el recinto y en las afueras del HDC, con bombos y platillos, manifestando abiertamente su desacuerdo con la instalación de la empresa.
Este dato, por varias razones, no pasó desapercibido por la política local. En particular porque es raro ver que desde una entidad gremial se rechace la instalación de una empresa que genere trabajo local. Por otro lado, porque se ha emparentado la situación de la Compañía de Cervecerías Unidas con la de Araucaria, no solo por su cercanía -ambas están ubicadas en la intersección de ruta 6 y 34- sino por su impacto ambiental, a pesar de que no son situaciones comparables por la gran dimensión de la compañía cervecera y a pesar de que utilice cantidades industriales de agua como principal fuente de producción.
Con el correr de los días, se sabrá si el accionar de Lescano y sus seguidores contaron con la anuencia de la Compañía de Cervecerías Unidas, al manifestarse en contra de la instalación de la empresa e interrumpir la sesión en el Concejo Deliberante, en lo que constituyó, para muchos, una alteración del orden público y la transgresión de un límite democrático.
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