Entre asambleas, aplausos y denuncias, los gremios lograron forzar una instancia de diálogo con el Ministerio de Salud, que se comprometió a tratar la reincorporación de los empleados cesanteados.

“En PAMI no sobra nadie”, fue la consigna que unificó el reclamo, en el cual participaron ATE, Sutepa y UTI. Los despidos, que afectan a personal de planta permanente de áreas médicas, administrativas, de limpieza y otras, no solo generaron un impacto en las condiciones laborales, sino que también podrían desintegrar programas y servicios esenciales para los adultos mayores.

Desde los gremios advierten sobre las consecuencias del ajuste. “El vaciamiento de áreas sensibles pone en riesgo la calidad de las prestaciones para los jubilados, quienes son los más vulnerables ante estas medidas”, expresaron en un comunicado.

El conflicto tuvo su epicentro en la sede central del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, en Corrientes 650. Allí se realizaron numerosas protestas que culminaron con la convocatoria a una “mesa técnica de negociación” entre los gremios y las autoridades del Ministerio de Salud.

Según un comunicado difundido por la mesa federal-sector PAMI de ATE, el próximo lunes habrá un nuevo encuentro para avanzar en las negociaciones. “Reafirmamos nuestro compromiso de representar los intereses de los trabajadores y buscar soluciones efectivas en este contexto”, indicaron los gremios.

Mientras tanto, los trabajadores continúan en estado de alerta, exigiendo que se detengan los despidos y que se reincorpore a los cesanteados. “No vamos a permitir que destruyan el PAMI ni que queden vacías las áreas esenciales que garantizan el derecho a la salud de nuestros adultos mayores”, enfatizaron los representantes gremiales.