Enrique Rodríguez Chiantore, enrolado en el bullrichismo, habla con Infobae acerca de por qué fue echado de la Superintendencia de Servicios de Salud. Cómo se enteró de la noticia. Los sindicalistas descartan una venganza por el paro
Por Ricardo Carpena
¿Por qué lo echaron al titular de la Superintendencia de Servicios de Salud? Enrique Rodríguez Chiantore fue designado el 14 de diciembre al frente del organismo que administra los millonarios fondos de las obras sociales y su llegada fue interpretada como una señal de endurecimiento del Gobierno hacia el sindicalismo: es el principal experto en salud del equipo Patricia Bullrich. Esta mañana, se enteró de que había sido desplazado porque varios amigos lo llamaron para comentarle una noticia inesperada: en el Boletín Oficial se publicó la designación de Gabriel Oriolo en su lugar.
Una especulación fue que la decisión oficial respondió a una represalia de la Casa Rosada por el paro general de la CGT, pero Rodríguez Chiantore no tiene nada que ver con el sindicalismo y su nombramiento no fue precisamente una buena noticia para la central obrera, que en todos los gobiernos busca que la Superintendencia sea dirigida por alguien de su confianza, ya que el bullrichismo tiene una postura muy firme respecto del manejo transparente de las obras sociales.
Hay quienes sospechan que, en realidad, el desplazamiento del titular de la Superintendencia responde a la expansión en el área de un asesor de Nicolás Posse, que logró nombrar a Oriolo, ex directivo de OSDE, en lugar de Chiantore y también ubicó a Claudio Stivelman como gerente general del organismo.
Las especulaciones se acumulan en las últimas horas porque la Superintendencia también controla a las empresas de medicina privada y tiene un papel clave en la instrumentación de los cambios en el sistema de salud que fija el DNU 70, como la desregulación y la incorporación de las prepagas.
En la CGT descartaron que se trate de una venganza por haber promovido el paro y atribuyeron el cambio a “una sugerencia del sector de las prepagas”. “Nos enteramos por el Boletín Oficial. Todo indica que no hay ningún interés del Gobierno en entablar un diálogo con la CGT, pero no sabemos los detalles. Se manejan con un estilo muy cerrado”, dijo un sindicalista a Infobae.
De todas formas, un dato sugestivo es que lunes pasado fue desplazado David Aruachan de su cargo de subdirector ejecutivo de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), que depende de la Jefatura de Gabinete. Aruachan, designado el 28 de diciembre pasado, venía de ocupar cargos directivos en la Superintendencia de Servicios de Salud durante el gobierno de Alberto Fernández porque tiene padrinos poderosos: es un médico sanitarista que proviene de los equipos técnicos de la CGT.
Curiosamente, Rodríguez Chiantore tampoco sabe por qué lo echaron de su cargo, a 40 días de haber asumido, y mucho menos las razones por los cuales fue desplazado de manera tan desconsiderada. “Desconozco los motivos -afirmó a Infobae. Me enteré hoy cuando me levanté y ya tenía algunos mensajes de gente que había leído el Boletín Oficial antes que yo. En forma previa a esta decisión no hubo ni una discusión, ni un intercambio de opiniones, ni absolutamente nada que me hiciera prever que esto iba a ocurrir. Y no recibí ninguna explicación. Lo más parecido que recibí una explicación fue un WhatsApp que decía: ‘Podemos hablar cuando quieras, pero las cosas tienen su dinámica, así que hicimos cambios en la Superintendencia’. Fue la única explicación que recibí”.
— ¿Se enteró de que lo echaban por el mensaje, pero no tuvo ninguna comunicación del ministro Russo?
— No, (Russo) no me dijo nada. Ni él ni ninguno de sus colaboradores.
— ¿Su relación con el ministro de Salud era buena?
— Sí, era buena. Al menos entendía que era buena. Jamás tuve ninguna discusión con él.
— En el Gobierno dejaron trascender que el cambio responde a que “no se estaba avanzando en los objetivos que se habían planteado desde el ejecutivo para el organismo y a diferencias de criterios”.
— Si había diferencias de criterios, nunca me las comunicaron. No tuve nunca, frente a ningún tema, una opinión por la que me dijeran “eso es incorrecto”, “eso no va” o “nosotros tenemos otro criterio”. Si había diferencias de criterio me estoy enterando por lo que está saliendo en los medios. Y en lo que tiene que ver con los objetivos, muchísimo menos. Anoche estuve mandando las proyecciones financieras del Fondo Solidario de Redistribución para este año. La última versión de los decretos para reglamentar las disposiciones del DNU 70 la envié la semana pasada. Ayer mismo, el equipo de la Superintendencia estuvo trabajando con la AFIP para instrumentar los nuevos mecanismos para el cobro de la cuota adicional del Fondo Solidario que estableció el DNU 70. No entiendo.
— ¿Todas las decisiones que usted tomaba eran consensuadas con el ministro Russo? ¿Usted se apartó de alguna directiva que le hayan dado?
— No, en lo más mínimo. Jamás recibí una directiva en un sentido y yo hice lo contrario. Ni jamás me dijeron “en tal tema tenés que hacer otra cosa diferente”. Yo soy el primer sorprendido.
— ¿Ninguna directiva vinculada con este proteger los intereses de los sindicatos a través del manejo de los fondos de las obras sociales, sindicales, o al revés, perjudicarlos?
— No, no, no, no. Jamás. Yo nunca recibí ninguna directiva que no fuera cumplir con la ley y con las modificaciones que se hicieron a través del DNU 70.
Enrique Rodríguez Chiantore descartó que su desplazamiento sea una represalia por el paro general: "¿Qué tengo que ver con la CGT? Es un absurdo?"
— ¿Y a qué atribuye esta decisión del Gobierno?
— Cuando un grupo gana poder en un gobierno trata de ocupar distintos cargos y son las reglas del juego. Si me hubiesen pedido la renuncia porque querían poner a “alguien de mi equipo, de mi riñón”, lo hubiese hecho sin ningún problema. Esta no es la forma. Tampoco es la forma salir a decir que había diferencias de criterio. No hubo ni un sí ni un no.
— Usted es parte del equipo de Patricia Bullrich. ¿Ya habló con ella sobre este tema?
— No, todavía no lo hablé. Veré en las próximas horas si lo hablo o no.
— Se vincula su desplazamiento con una represalia del Gobierno por el paro de la CGT. ¿Es así?
— Yo no tengo nada que ver con la CGT. Se imaginará que por mi pertenencia política al PRO y al sector de Patricia (Bullrich), ¿qué tengo que ver con la CGT? Es un absurdo.
— A menos que haya una decisión de tener una política más dura en materia de manejo de los fondos de las obras sociales o dar alguna señal hacia el sector de las prepagas.
— No lo sé. Si así fuera, no lo sé. El decreto con mi designación lo firmaron el 14 de diciembre y hace 40 días que estoy en la Superintendencia. Mi relación con el ministro era buena. Jamás tuve ninguna discusión con él. Y no hubo ningún objetivo no alcanzado ni ninguna diferencia de criterios.
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