El mundo empresario espera el momento indicado para dar el zarpazo, y la señal de largada será el 15 de noviembre próximo, un día después de las elecciones generales.

A partir de allí, los hombres de negocios comenzarán un raid para lograr que finalmente se ponga fecha de vencimiento concreta y real al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 413/2021, que prohíbe las suspensiones y despidos hasta fin de año.

En principio, esta limitación -que arrancó con la pandemia con el objetivo de evitar la pérdida de puestos de trabajo en medio de la pandemia- tenía vigencia hasta mitad de este año, pero el Gobierno decidió extenderla hasta el último día de 2021, lo que generó un malestar importante en las compañías.

Durante las últimas semanas se sucedieron algunas reuniones entre los representantes empresarios y funcionarios del Gobierno para ver de qué forma se avanza en este sentido.

Está claro que con la campaña electoral de por medio el clima no es el ideal para tocar abiertamente el tema, pero lo cierto es que, como dijo un empresario a El Cronista, "ya se comenzó con la etapa de ablande del terreno" para que se pueda avanzar más fuerte tras las elecciones.

Una vez que concluya el proceso eleccionario, llegará el turno de apretar el acelerador y comenzar a plantear y exponer el tema con otra intensidad.

La apuesta de máxima de los empresarios es eliminar por completo las restricciones, es decir que se pueda determinar sin problemas si se achica o no el plantel de trabajadores, aunque no ven fácil que esto ocurra.

Hasta el momento, la respuesta que obtuvieron del Gobierno no es la esperada. En el oficialismo hoy no hay una visión positiva en cuanto a la reapertura de los despidos.

Dentro del Gobierno hay voces que sostienen que no sería una mala iniciativa volver a renovar al menos por seis meses el DNU que impide los despidos, a partir del primer día de enero

El gran temor que existe en este sentido es que, al tener una suerte de presión contenida sobre los recortes de puestos durante un año y medio, al eliminar las restricciones se genere un aluvión de bajas.

Es por esto que, incluso, algunas voces oficiales sostienen que no sería una mala iniciativa volver a renovar al menos por seis meses el DNU a partir del primer día de enero.

"Lo que intentamos explicar es que hoy si el empleo no se reactiva, en buena parte es porque muy pocos quieren tomar trabajadores con la legislación actual. Se está generando un efecto contrario al que el Gobierno pretende. Por cuidar que no haya despidos, se impide también que otros lo consigan", apuntó uno de los empresarios consultados.

Aquí, los hombres de negocios lamentan que, en un contexto en el que la actividad muestra algunos signos de mejora, no poder dotar a su empresa de la mano de obra que se precisa.

"Los puestos que se están tomando son absolutamente puntuales para cubrir posiciones específicas. En este contexto pensar en algo más fuerte es imposible", dicen los empresarios.

Los industriales le ponen cifras a esta explicación. De acuerdo con el último trabajo elaborado por la Unión Industrial Argentina (UIA), la actividad creció durante el primer semestre de este año 20,8%, en tanto que en junio último el incremento fue de 24,9%, en ambos casos en comparación con 2019, el último período que no se vio afectado por los efectos de la pandemia.

Sin embargo, el empleo asalariado registrado puso un freno en mayo pasado, ya que logró apenas una mejora de 0,2% mensual, y sumó 2.258 trabajadores, en tanto que y mejoró solo 2,9% interanual, con 31.552 trabajadores más.

Otro de las inquietudes empresarias respecto del tema laboral tiene que ver con el intento de algunos sectores del oficialismo por achicar la carga horaria de trabajo de los empleados, aunque sin tocar los salarios.

En este sentido, el jueves pasado recibieron una buena noticia por parte del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien afirmó que no ve posible la baja de la jornada laboral en este contexto, y pidió "ser cuidadoso" con los proyectos que se presentan en este sentido.

POR MATÍAS BONELLI