Representantes de la aerolínea de bandera se reunieron con los tres sindicatos más combativos; APLA (el gremio de Pablo Biró) dijo que por el momento no habrá paros; desde el Ejecutivo dicen que si no se alcanza un acuerdo habrá un proceso preventivo de crisis
Maia Jastreblansky
Tras meses de altísima conflictividad, el Gobierno llegó a un principio de tregua con los gremios aeronáuticos. Aerolíneas Argentinas habilitó un ámbito de negociación -que hasta acá no había existido- para revisar los convenios colectivos de trabajo de los sindicatos involucrados en la operación de los aviones. Los tres sindicatos más combativos se sentaron a la mesa y definieron no tomar nuevas medidas de fuerza mientras duren las conversaciones con la aerolínea de bandera.
Esta tarde, a la sede de Aerolíneas Argentinas del tercer piso de Aeroparque, asistieron representantes de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), que conduce Pablo Biró; de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), liderada por Edgardo Llano (y alineada con la CTA) y de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), dirigida por el moyanista Juan Pablo Brey.
“Hablamos sobre el convenio colectivo, que la compañía bautizó como ‘plan integral’. Se debatió y se van a analizar propuestas el fin de semana. Estamos recién iniciando una conversación. Esperemos poder llegar a un acuerdo”, dijo Mateo Ferreira, de APLA al finalizar la reunión.
El encuentro de hoy entre representantes de la aerolínea de bandera y los gremios aeronáuticos es una novedad en sí misma, porque no habían existido este tipo de reuniones formales en los últimos meses. El Gobierno concedió la instancia de diálogo, pero puso sus condiciones: forzó a que primero se discutieran las condiciones laborales y los convenios colectivos antes de entrar en la discusión salarial, como esperaban los sindicatos.
Los gremios aeronáuticos aceptaron los términos de la negociación y definieron no realizar nuevas huelgas mientras haya un ámbito de discusión. “En las próximas semanas, mientras dure una negociación, no va a haber medidas”, dijo Ferreira.
Mientras en la Casa Rosada amenazan con “cerrar Aerolíneas”, el Gobierno puso sobre la mesa una amenaza concreta. Dijo que, en caso de que no se llegue a un acuerdo para modificar los convenios colectivos, habilitará un procedimiento preventivo de crisis, con la Secretaría de Trabajo como árbitro.
Las conversaciones con los sindicatos continuarán la semana con otras organizaciones. El sector aeronáutico es particularmente sensible a la conflictividad porque basta con que adhiera una sola rama para que la actividad se detenga. Por eso es necesario que el acuedo incluya a todos.
“Trabajando, no extorsionando”
El Gobierno, así, esta semana actuó en varios frentes en el conflicto con los gremios aeronáuticos. En la práctica, habilitó una mesa de diálogo con los gremios mientras tomó medidas para desregular el sector y comenzar a retirar al Estado de Aerolíneas Argentinas y de Intercargo, la empresa pública que opera rampas y valijas.
En lo narrativo, la Casa Rosada siguió calificando de “terrorismo sindical” a las huelgas en Aeroparque y buscó profundizar la grieta entre sindicalistas y pasajeros. “En la Argentina se sale trabajando, no extorsionando”, dijo hoy Javier Milei en la entrada de la Casa Rosada, tras encabezar la reunión de gabinete. “Obviamente, Intercargo se termina”, arengó después en el interior la sede de Gobierno en un breve diálogo con la prensa acreditada. También se mostró con Federico Sturzenegger, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, uno de los impulsores de la reforma aeronáutica.
El de hoy fue un encuentro entre empleador y gremios para abordar las condiciones laborales y la situación paritaria. No participó ni la Secretaría de Transporte ni la de Trabajo con la intención de no mostrar a altos funcionarios dialogando con los popes sindicales. Todo mientras en el Congreso avanza un proyecto del diputado Hernán Lombardi (Pro) para privatizar la empresa. Hay también un proyecto de la Coalición Cívica.
Milei saludó y le firmó autógrafos a quienes lo esperaban en la puerta de Casa RosadaRicardo Pristupluk
El objetivo principal de Aerolíneas Argentinas es flexibilizar los convenios colectivos de trabajo, luego de que se produjeran una serie de conflictos que complicaron la operatividad de la empresa. Quieren, por ejemplo, cambiar el sistema de remises que trasladan a los pilotos hasta los aeropuertos. “Lo que estamos diciendo es que los gremios tienen una oportunidad de presentar una propuesta transformadora que exceda la discusión salarial”, dijeron a LA NACION fuentes de la aerolínea de bandera.
Los gremios, sin embargo, quieren llevar la discusión hacia la cuestión paritaria. Brey, de Aeronavegantes, aseguró a LA NACION que “desde noviembre de 2023 a hoy los sueldos quedaron desfasados en un 90% respecto de la inflación”, y que “hace tres meses que la empresa no hace ofertas salariales”. APLA llevó una carpeta a la reunión con Aerolíneas Argentinas para proponer cambios en el esquema laboral que permitieran “aumentar la productividad”. “Estamos dispuestos a discutir la productividad laboral siempre y cuando haya plata en los bolsillos para los trabajadores”, acotó Brey.
Gremialistas aeronáuticos: Pablo Biró, Edgardo Llano, Juan Pablo Brey y Rubén Fernández
El conflicto con los gremios aeronáuticos tiene un sinfín de aristas. La situación de APA, que nuclea a los trabajadores de Intercargo, se complejizó esta semana a niveles extremos y terminó con una denuncia penal al gremio y la decisión inédita de que en casos de “emergencia” -como una huelga- la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) intervendrá en la descarga de equipaje.
Esto se definió luego de la medida de fuerza de APA del miércoles que -según el Gobierno- dejó de rehenes a más de 2000 pasajeros. La huelga de ese día se inició por el despido de un trabajador de Intercargo al que le habían solicitado modificar sus horarios. El empleado dijo que no podía hacerlo y fue echado. Según APA, el cese de actividades solo afectó la descarga de valijas.
Paro de Intergargo y aeronáuticos en aeroparque. Valijas acumuladas por el paro de IntercargoFabián Marelli
Ayer por la noche, Llano, Biró y Brey habían mantenido una reunión para definir la tesitura a tomar frente a la complejización del conflicto, que genera fuertes complicaciones en los aeropuertos. Hoy, la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), donde talla Pablo Moyano, emitió un comunicado de apoyo a los gremios aeronáuticos y en contra de la “militarización y criminalización” de la protesta.
“Tenemos en claro que las medidas de fuerza afectan a los pasajeros, pero llegamos a esto porque no había diálogo”, dijo Brey, cercano al moyanismo. Ese escenario comenzó a cambiar con la reunión de hoy.
Medidas para Intercargo
La tregua en Aerolíneas Argentinas no invalida las medidas que la gestión de Milei tomó en las últimas horas para “romper el monopolio” de Intercargo. El Gobierno echó a 15 empleados que hicieron la huelga el miércoles y avanzó en la desregulación del servicio para promover que nuevos jugadores –sean compañías aéreas, o no– puedan operar los servicios en tierra. Se permitió también que, en casos de huelga, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) pueda intervenir en la descarga de equipaje.
El problema es que de Intercargo dependen el resto de las compañías aeronaúticas, ya que Aerolíneas Argentinas cuenta con su propio servicio de atención en tierra de los aviones.
Tras los anuncios oficiales, APA emitió un comunicado en el que señaló que existieron “despidos injustos como represalia a una medida de fuerza” y aseguró que la intervención de la PSA en la actividad “vulnera los procedimientos que establecen las normas internacionales”.
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