En un juicio sumarísimo, la Justicia decretó la nulidad del despido “discriminatorio por motivos gremiales” y ordenó restituir en su puesto a Alejandro Ocampo, quien “no tenía sanciones y suspensiones disciplinarias sino hasta su candidatura como delegado de la APPyJC”. La determinación sienta un precedente importante contra una compañía señalada por su constante accionar anti gremial.
Finalmente, llegó el día en que la Justicia le puso un freno a la actitud antisindical de la empresa Maycar S.A., propietaria de la cadena de supermercados mayoristas Vital. Es que tras un juicio sumarísimo, la Sala VIII de la Cámara Nacional de apelaciones ordenó a la compañía reincorporar a Alejandro Ocampo, un gerente que había despedido con una causa inventada tras ser elegido delegado sindical de la Asociación del Personal Profesional y Jerárquico de Comercio (APPyJC), en la sucursal Avellaneda.
En las últimas horas, Ocampo retomó su puesto laboral y compartió sus sensaciones con Data Gremial: “Con mis compañeros de la sucursal hubo mucha alegría y euforia por mí regreso. Pero la satisfacción es doble, sobre todo, porque la empresa siempre intentó ningunear al sindicato, diciendo que ‘no existía’. Quedó demostrado que se equivocaron: el gremio sí existe, crece sin parar desde 2007 y es una organización de transformación, que tiene inscripción gremial y una comisión directiva fuerte y que va a seguir dándole lucha a este tipo de compañías que operan como patrón de estancia”, expresó emocionado.
El fallo, que lleva las firmas de los jueces Luis Alberto Catardo y María Dora González, determina que a partir de "las informaciones sumarias y demás documental, surgiría que Ocampo no tuvo sanciones y suspensiones disciplinarias, sino hasta luego de su candidatura como delegado por la Asociación del Personal Profesional y Jerárquico de Comercio”.
Acto seguido, el texto hace hincapié en que a Ocampo se le había congelado el salario y privado de los aumentos otorgados al personal jerárquico, entre otros derechos. Y que, por ende, “ello conduciría que el despido fue a efectos de neutralizar la formación de un nuevo sindicato y disuadir el reclamo del resto de los trabajadores, evidenciando claramente la conducta discriminatoria de la empresa”.
En ese sentido, también remarca que la candidatura a delegado de Ocampo “fue oficializada por la organización gremial a través de la carta documento que transcribe de fecha 14 de julio de 2020”. Entonces, se revela temporalidad entre la candidatura como delegado y todo el accionar de la empresa que califica como discriminatorio y persecutorio”.
Por último, el tribunal resolvió que la empresa debía reinstalar a Ocampo en “su puesto de trabajo en igual categoría y condiciones de labor, asignándole las mismas tareas”, además de pagarle los salarios devengados desde la fecha del despido, incluyendo el aguinaldo.
Meses de lucha
Ocampo pudo palpar enseguida la política de maltrato laboral de Vital. Se incorporó en febrero de 2020 como Gerente. Pero lo designaron a la sucursal de Avellaneda y ahí le dijeron que iba a estar como Jefe de Salón durante un tiempo. Así lo tuvieron durante tres meses, lo que significó que cobrara 65.000 pesos menos por mes de lo que tendría que hacer sido su sueldo.
“Sólo se me regularizó esto luego de que reclamara por medio del sindicato, pero el dinero perdido durante ese tiempo nunca lo recuperé”, comentó Ocampo.
Por otra parte, en ese momento su jornada laboral y la de sus compañeros eran siempre de 14 o 15 horas, en vez de las ocho que están estipuladas. Y, encima, en el recibo de sueldo sólo reconocían 19 horas extras por mes.
Tras reclamar por estas cuestiones y firmar los recibos de sueldo en disconformidad, un día fue citado a una reunión “junto con el Gerente de la compañía, el Regional y RR.HH. Y ahí me dijeron que yo tenía que trabajar las horas que ellos decían, y que si no me gustaba que me fuera”.
Todas estas situaciones lo terminaron de convencerse que debía postularse como delegado para mejorar las condiciones laborales de los empleados de la sucursal. Con 15 años trabajando en retail en empresas multinacionales ya conocía a la APPyJC y no dudó en lanzarse a la lucha sindical.
Sin embargo, eso no hizo más que enfurecer a los directivos Maycar S.A. y se multiplicaron las hostilidades. Al punto, que ni bien se concretó la postulación de Ocampo como delegado, la empresa lo citó a una reunión en la sede central de la compañía.
“Ahí me dijeron que ‘el gremio no existía’, me ofrecieron dinero para que desechara mi candidatura como delegado y dijeron que si quería continuar en el plan de carrera, que me iban a devolver la categoría y que iba a poder seguir creciendo más allá de Gerente”, relató.
Pero la repuesta de Ocampo no fue la esperada por la firma que pertenece al polémico empresario Eduardo Pochinki. El dirigente les espetó en la cara: “No voy a dejar de ser delegado, porque si no, todos los trabajadores van a seguir siendo perseguidos y lo que quiero es que eso cambie y que todos tengamos los derechos que nos merecemos”.
Ante la negativa, comenzó la persecución. “Me empezaron a mandar una escribana todos los días antes de la apertura. Cuando saben que las dinámicas comerciales no están hechas para esos horarios. Intentaron inventar cosas para aplicar suspensiones. En la tercera o cuarta suspensión, me inventaron una causa y despidieron con la presencia de una escribana”, relató el delegado.
Luego de todo esto, a Ocampo se le acercó el abogado de la compañía “para intentar un arreglo conmigo”, expresó. Yo le fui muy claro, les dije que sabía que la idea de la empresa era que yo me fuera para que los jerárquicos vuelvan a trabajar esas 14 o 15 horas y les expresé que no estaba dispuesto”.
La respuesta fue un tremendo apriete: “O es esto o te va a llegar la Carta Documento, me dijo. Y fue tal cual. Penas volví a mi casa, ya tenía la desvinculación por no haber aceptado”, reveló Ocampo.
Después empezó la pelea judicial. En el medio hubo una mediación en el Ministerio de Trabajo donde la empresa se había comprometido establecer una mesa de diálogo, pero nunca cumplió. Apagaron el teléfono y bloquearon todo tipo de contacto, graficó el delegado.
A partir de eso, el gremio comenzó las manifestaciones y a principios de septiembre –tal como informó Data Gremial- la respuesta de la empresa a los reclamos fue brutal: durante protesta pacífica en la sucursal Abasto del supermercado mayorista Vital, los trabajadores fueron brutalmente reprimidos por la Policía de la Ciudad.
Los efectivos los sacaron a palazos de la tienda y se llevaron a cinco dirigentes de la APPyJC detenidos. “Había muchísimas dotaciones de policías: desde autos, motos y camiones. Parecía el operativo de un partido de fútbol”, describió Ocampo.
Pero finalmente, un mes después salió el fallo que lo reinstala en su puesto.
Los objetivos, de cara a lo que viene
Ocampo sostuvo que el impacto de fallo, a nivel nacional, puede ser muy importante. “Que exista una persona que hayan reinstalado, que fue la que junto al gremio logró reducir las jornadas laborales, es fuerte. La empresa bajó la jornada a 10 horas. Y ha intentado con una consultora mejorar el clima laboral. Pero algunas cosas todavía no cambiaron”, aseguró.
Sucede que la firma sigue negándose a una reunión con la comisión directiva del gremio o con su Secretario General, Gastón Gallo. “Esperemos que finalmente entren en razón para poder llegar a un diálogo y destrabar los conflictos, y no tener que estar haciendo siempre una medida gremial o una manifestación en alguna tienda”, analizó Ocampo.
“Estamos hablando de cuestiones básicas para el año 2021 y que tienen que ver con un cese del hostigamiento y que cambie el trato hacia el trabajador”, concluyó.
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