Este 12 de diciembre se realizan las elecciones luego de dos años donde los trabajadores del comercio pagaron los costos de la crisis. Con un oficialismo y una oposición ligada al Gobierno y la oposición patronal, se abre la perspectiva para comenzar a organizar la resistencia contra los planes de ajuste exigidos por el FMI.
Por: Eugenia Lapardi.
Este 12 de diciembre se realizarán las elecciones del Sindicato de Empleados de Comercio (SEOC) de Tucumán. La lista del actual secretario general Roque Brito será la única que se presenta, luego de denuncias por irregularidades, requisitos arbitrarios para la presentación de listas opositoras, incluso la única asamblea convocada fue en un horario donde la mayoría de los empleados trabajaba. Pero además de estas prácticas antidemocráticas, las elecciones se dan en un marco con ataques al salario y las condiciones laborales.
En este último mes los trabajadores continúan con pérdidas del poder adquisitivo: por cuarto año consecutivo los salarios permanecen por debajo de la inflación según los datos del INDEC, que registra más de un 50% de inflación interanual. A nivel nacional, la desocupación en el comercio llegó a un 18,7 % en el segundo trimestre y se registra en el sector un total de 799.000 empleos informales. Una realidad muy alejada de los anuncios del Gobierno donde el salario “le va a ganar” a la inflación, y las revisiones a la baja en las paritarias que reivindican los sindicatos.
Claro que la pauperización de los trabajadores no viene de hace dos años sino que se profundizó con el Macrismo y no se remontó dentro del gobierno de Alberto Fernandez. Sino que promete seguir profundizando si se sigue el camino del FMI. Es decir que ni el frente de Todos ni Cambiemos pueden desligarse de la responsabilidad que les corresponde por la situación de desigualdad y pobreza que atraviesa las grandes mayorías.
Estos ataques no pueden justificarse con la pandemia, sino que vienen desde el macrismo y continuaron bajo el gobierno de Alberto Fernández. Y a pesar de las promesas electorales, se va a profundizar de la mano del Fondo Monetario Internacional (FMI). El acuerdo con el FMI implica la profundización del ajuste, ya que exige “reformas” para quitar, por ejemplo, derechos laborales y aumentar la precarización. Además se habla de “achicar el déficit fiscal” lo que va a significar la reducción del presupuesto en áreas como salud y educación, afectando principalmente a jubilados y beneficiarios de planes sociales. También se exigen nuevos tarifazos en los servicios por lo que los sueldos cada vez van a alcanzar menos.
Brito y sus años como guardián de las ganancias empresarias
La gestión de Roque Brito no es solamente complejos de recreación, beneficios y descuentos. Hay que destacar que en sus años al frente del SEOC no se avanza en derechos para los trabajadores sino que viene en retroceso.
En el 2020 el primer golpe al salario fue el descuento del 25% del salario para todos aquellos empleados no fueron convocados a trabajar en la fase 1. Además de esto cientos de trabajadores pasaron a engrosar la larga lista de despidos. Algunos masivos como es Garbarino y Ribeiro o empresas como Teleperformance, donde se puede apreciar un avance más claro de la flexibilización laboral en la que los trabajadores pueden ser contratados y despedidos cada 30 días.
Cualquier trabajador diría que ante semejante nivel de precariedad, el sindicato debería siquiera llamarlos al diálogo para evitar el agravamiento de la situación. Pero el camino seguido por la Lista Roja de Brito es otra. Sus propuestas para estas elecciones solo traen como novedad un “plan de vivienda” que van a acordar con el Gobierno provincial, a quien Brito le brindó su total apoyo y confianza en las últimas elecciones.
Las listas opositoras
Quedaron fuera de los comicios la Lista Azul encabezada por Omar Albornoz, integrante de Fuerza Republicana, y la Lista Naranja, integrada por un sector de los trabajadores autoconvocados y la agrupación peronista 26 de Septiembre.
Ninguno de los espacios va llevar hasta el final los reclamos de los trabajadores, por su ligazón al gobierno o la oposición de derecha. Al igual que la actual conducción del SEOC, la agrupación 26 de Septiembre nunca se ha propuesto enfrentar en serio los ataques o las falsas promesas de Osvaldo Jaldo sobre crear la ley de horario corrido. Ninguna lucha se podrá llevar adelante de forma consecuente con espacios políticos afines al gobierno. Un sector de trabajadores autoconvocados apostaron a una alianza con el espacio de Esteban Vergara pero al no llegar con las exigencias de la junta electoral, el actual delegado de Aegis no tuvo ningún problema en volver con Brito, pese a que hasta hace dos semanas atrás se decía opositor.
Albornoz de la Lista Azul integra Fuerza Republicana, un partido antiobrero por historia y que ahora reivindica a Javier Milei, uno de los principales impulsores de un reforma laboral que elimine derechos y darle vía libre a los empresarios a que hagan lo que quieran. Todos hablan de defender los derechos de los trabajadores pero no van a organizar al conjunto de los trabajadores para responder ante los ataques.
Por un sindicato para los trabajadores
Los trabajadores tienen que saber que los sindicatos son herramientas para lograr la más amplia organización para enfrentar la actual situación y buscar una solución a las demandas. Actualmente el SEOC es solo una institución llena de burócratas atornillados hace años que suelen vender las luchas y evitar que los ejemplos de los triunfos de los trabajadores se multipliquen.
Para que un sindicato esté realmente dispuesto a pelear por los derechos de los trabajadores debe buscar la mayor participación mediante asambleas para asegurar la voz de todos los trabajadores y organizar un plan que lleve al triunfo de las luchas.
La importancia de recuperar estas instituciones radica en la necesidad de responder al ajuste que el gobierno viene imponiendo a los trabajadores, de superar el freno que le pone la burocracia a la organización desde abajo.
En tiempos donde los medios ya instalaron en la agenda la absurda idea de quitar derechos para generar más empleo, los sindicatos son herramientas para ayudar a mostrar su fuerza organizada en las calles y evitar que dichas reformas se lleven adelante. Por eso recuperar un sindicato no es una tarea menor.
La importancia de mantener una independencia política de los gobiernos es necesaria para que al momento de enfrentar las políticas nefastas, que hunden a la miseria a cientos de empleados, se pueda responder con una fuerza organizada a la altura de la situación.
El arreglo con el FMI va a marcar gran parte del rumbo político y económico que va a tomar el país. Si durante los años en los que se vienen pagando los intereses de la deuda la pobreza aumentó de manera abrumadora, un acuerdo para reconocer una deuda fraudulenta no va a traer heladeras llenas sino más hambre y pobreza ya que el camino del fondo es el camino del ajuste al gasto público.
La única fuerza que se propone enfrentar el camino del FMI es el Frente de Izquierda que llama a movilizar este 11 de diciembre en todo el país para evitar el saqueo que quieren hacer al bolsillo de los trabajadores.
Los trabajadores de comercio tienen que ser parte de esta convocatoria y mostrar su fuerza en las calles para imponer su propia agenda. La Red de trabajadores precarizadxs convoca también a todos los jóvenes para que esta vez la deuda no sea pagada con su sudor sino que junto a los movimientos ambientalistas y de mujeres puedan ponerle fin a esta situación que no trae ninguna perspectiva para el futuro.
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