Hoy se realizó el plenario de secretarios generales. Participaron todos los sectores. Elegirán “nueva conducción” aunque faltan los nombres. Aceptaron cumplir el “cupo femenino” pero sigue el malestar incluso en las mujeres cegetistas. Marcha el día de la “lealtad”.
Este miércoles, entre las 12 y las 15, se realizó el Comité Central Confederal, que reunió a 201 secretarios generales de sindicatos afiliados a la CGT. Casi sin excepciones, varones.
Tal como se había acordado en reuniones durante la semana, sus distintas alas participaron del plenario y acordaron “estrechar filas” en medio de la crisis del peronismo que, como analizamos antes, ha golpeado también a sus cúpulas sindicales.
El plenario estuvo presidido por Héctor Daer y Carlos Acuña, sus secretarios generales desde la renuncia de Juan Carlos Schmidt. También participaron los sectores agrupados en el Frente Sindical de Moyano (Camioneros) y Pignanelli (SMATA), los que responden a la Corriente Federal liderada por Palazzo y los que conduce Sergio Sassia (Unión Ferroviaria).
Las principales definiciones se podrían resumir en 5 puntos:
1. Acuerdo de unidad
La crisis del Frente de Todos y el malestar social apuraron el proceso de “reunificación” que llevaba años de rosca. Así lo expresaron en un comunicado común, algo que hace rato no tenía el gancho de los “gordos” al lado de sus adversarios: “vamos a realizar los máximos esfuerzos para alcanzar la unidad en una nueva conducción que pueda sintetizar el pensamiento de todas las expresiones internas”. “La unidad no es un valor en sí mismo, sino la mayor expresión de fortaleza que debemos ofrecerle a los trabajadores en momentos en los que los indicadores sociales nos demandan la máxima atención”.
La última frase no podemos leerla como una “unidad para luchar” por revertir esos “indicadores”, sino para evitar cualquier “expresión de fortaleza” de quienes quieran resistir el ajuste y escapar a la conducción de las cúpulas alineadas con el Gobierno.
Aclaración: el famoso debate por sumar a la CTA y los movimientos sociales a la “nueva CGT”, anunciado por Alberto Fernández, por error no se incluyó en el temario.
Antes de pasar de punto, apreciemos el cupo femenino de la delegación del Frente Sindical:
2. El intento de recrear alguna “mística”
Tanto en las declaraciones de los dirigentes, como en los discursos y la declaración final, los dirigentes buscaron recrear una mística “antimacrista” que la asunción de su propio gobierno les había quitado. “Los adversarios de los trabajadores nunca descansan: siempre buscan atomizar el modelo sindical, fragmentar la negociación colectiva y desfinanciar a la seguridad social”. “Hoy, agazapados en la oposición, no dudan en proponerle a los ciudadanos una reforma laboral y la eliminación de la indemnización por despido” señalan en el comunicado.
Si no fuera por la seriedad de los temas y los proyectos de la derecha que acá y acá hemos criticado, las advertencias de muchos de los personajes que hoy se reunieron en Azopardo sobre la “reforma laboral” o la “fragmentación de la negociación colectiva”. Pero tras casi dos años de un inmovilismo que permitió un fuerte ajuste en las condiciones de vida de millones, la CGT reunificada necesita empezar a hablar un lenguaje un poco más “contundente”.
Antes de pasar de punto, veamos el entusiasmo de Antonio Caló por el debate (no podemos afirmar ni negar que el celular en el piso es suyo):
3. Un llamado a unirse a la campaña del Frente de Todos
Es sabido que en la conducción del sindicalismo peronista hay tantas internas como las que hay en la coalición de Gobierno. Están quienes responden al presidente Fernández, a la vice Cristina Kirchner o a Sergio Massa. También quienes tienen un huevo en cada canasta, aunque podemos decir que hoy lleva ventaja el frente “Todos con Manzur”. Lo cierto es que la derrota electoral ha tocado el timbre también en Azopardo. El descontento de los propios afiliados a sus sindicatos, de quienes votaron al FDT en 2019 para “recuperar lo perdido”, se expresó en las PASO.
¿La CGT propone un cambio de rumbo del Gobierno? ¿Romper con el FMI y cumplir las promesas de campaña al menos? ¿O va hasta el final: asambleas en los lugares de trabajo y plan de lucha? Para nada. El pacto contra el salario mínimo que los unió ayer lo confirma. Pero hoy dijeron que quieren más protagonismo en la campaña. Por eso confirmaron la marcha del 18 de octubre, en homenaje al “Día de la Lealtad”, que se espera como un apoyo en las calles de los sindicatos y movimientos sociales alineados con el peronismo.
Antes de pasar de punto, una interesante reflexión de Omar Plaini (lástima que la principal responsable de esos problemas es la organización de la que forma parte):
4. El cupo femenino más resistido de la historia
Distintos medios destacan en sus títulos de esta tarde que “la CGT acordó incorporar el cupo femenino”. En realidad no quedó aún plasmado en ningún papel. Lo que sí pudo verse, en el garaje de entrada a Azopardo, es un pasacalle “La CGT también es con nosotras”, que también pudo verse pintada en paredes de la zona.
La realidad es que las pocas dirigentes que hoy tienen lugar en la conducción de la CGT y sus sindicatos, no tuvieron diferencias con sus compañeros varones en dejar pasar el ajuste. Ajuste que además afectó particularmente a las mujeres trabajadoras. Pero eso no quita que la central obrera venga cometiendo uno de los actos de machismo más descarados: no respeta desde hace 19 años el cupo femenino que rige legalmente. Algunos de los dinosaurios del consejo directivo propusieron que por cada puesto haya una persona de cada género, pero sus colegas avisaron “no queremos que nos pongan de florero”. Lo cierto es que en el Congreso se sabrá que pasará con la “renovación de la CGT”.
Antes de pasar de punto, el mensaje interno con el que casi se chocan los Audi de algunos dirigentes:
5. Sigue la rosca por quienes serán los jefes
El último punto en discusión fue cómo se expresará la “unidad” en un modelo sindical tan vertical como el peronista. Hay quienes hablan de un triunvirato o incluso de una dirección de 4. ¿De quiénes hablamos? Héctor Daer sería el elegido por la actual conducción de “gordos” e “independientes”. Pablo Moyano reclama su lugar. Hasta ahí venimos bien, pero hay otros sectores que ya pidieron el suyo: Antonio Caló por la UOM y sus aliados, Sergio Palazzo o Vanesa Silley por la Corriente Federal, Carlos Acuña por la corriente de Barrionuevo. Y, se sabe, no es gente que le guste jugar al juego de la silla.
El punto quedó “para la próxima reunión”. En realidad está en marcha un poroteo infernal con todo tipo de pactos de por medios, que llegará hasta el 11 de noviembre. Ese día se realizará el Congreso de elección de autoridades, donde los 4 millones de trabajadoras y trabajadores sindicalizados no tendrán ni voz ni voto. ¿Los que no están sindicalizados? Como se le ocurre preguntar…
Esas son, por ahora, las claves de la rosca de la CGT. Les dejamos el comunicado oficial. No se pierda los próximos capítulos, como siempre por este canal.
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