El reciente encuentro entre las distintas fracciones de la CGT no sólo sirvió para pensar en una unificación a futuro, sino además en sumar al resto de los espacios, como las versiones de la CTA. “Antes debemos unirnos nosotros”, aseguran en Azopardo. La central comandada por Hugo Yasky admite que lo debate, y espera definiciones. La CTA Autónoma una discusión con todos los trabajadores para definir un paso tan importante.
“Hemos compartido muchísimos años en la calle con la CTA. Hay un compromiso de sumarse si hay una CGT representativa”. Las palabras de Pablo Moyano, dichas luego que su padre asumiera un nuevo mandato en el gremio de Camioneros, fueron un resumen de lo que se charló en la reunión que volvió a encontrar a la conducción de la central obrera con los referentes del Frente Sindical, que inició un proceso que podría terminar en agosto del año 2020, cuando se venzan los mandatos actuales. Pero la unidad, como anticipó Moyano, no sólo será para los sindicatos que reportan a Azopardo.
“Sería histórico que gremios que se retiraron hace 30 años de la CGT se plieguen a la unidad”, agregó el dirigente, que abrió un debate que tienen años y que en el actual momento de dispersión del movimiento obrero se vuelve fundamental: ¿es posible una central única de trabajadores? A lo largo de la historia pocas veces esta situación fue posible, por cuestiones gremiales y políticas.
La llegada de una de las fracciones de la CTA a la CGT se viene hablando desde que juntos comenzaron a resistir las políticas del gobierno de Mauricio Macri, pero hasta ahora no hay mayores avances. En la CTA Autónoma, que no comparte el espacio del Frente Sindical, toman este llamado con cautela.
La idea de unificar todo el movimiento obrero siguiendo el ejemplo del peronismo surgió luego de la reunión que tuvieron en la sede de UPCN, donde la conducción cegetista se reunió con Hugo Moyano y referentes de la Corriente Federal. Héctor Daer y Andrés Rodríguez fueron los anfitriones, y estuvieron acompañados por referentes de “los gordos” y “los independientes”, grupos que sostienen el liderazgo actual en la central obrera.
Moyano estuvo acompañado por Sergio Palazzo (Bancarios) y Juan Pablo Brey (APLA), además de Omar Plaini (canillitas). La idea de la unidad de la CGT fue el principal eje de discusión, para apoyar el gobierno que asuma el 10 de diciembre, bajo el signo de la unidad del peronismo. En ese punto, otra vez Pablo Moyano ventiló alguna de las cuestiones habladas, y dijo que fue un pedido del propio Alberto Fernández y otros dirigentes –como Sergio Massa –que haya unidad entre los gremios.
Pero la idea de ir más allá de esta unidad y sumar a otros espacios, como las dos CTA que hoy integran el Frente Sindical, se coló en la conversación. Se trata del espacio que lidera Hugo Yasky, y lo que quedó del sector que responde a Pablo Micheli, desplazado hace unos días de la CTA Autónoma por un fallo judicial que no reconoció las elecciones realizadas el año pasado. La posible vuelta de los gremios que forman la CTA de los Trabajadores se barajó varias veces en este tiempo.
Para la dirigencia cegetista, el paso previo es lograr que todos los gremios confederados vuelvan a la CGT. “Considero que el primer paso antes de pensar en una gran central obrera debe ser la unificación de nuestra central, la CGT”, le dijo a Gestión Sindical el titular de la Unión Ferroviaria, Sergio Sasia. El dirigente volvió a participar de los encuentros de la conducción de la central luego de apartarse junto a los miembros del MASA (Movimiento de Acción Sindical Argentino) por no estar de acuerdo con la dirección tomada. Uno de los puntos para lograr esa unidad es saber si será en agosto del 2020, cuando venza el mandato de las actuales autoridades, y si será antes.
“Esa es la fecha legal, ahora sí el conjunto de la dirigencia decide adelantar los tiempos para la unidad, también se podría”, afirmó Sasia.
El compromiso anticipado por Pablo Moyano fue confirmado en la CTA de los Trabajadores, pero como algo “a conversar”. Fuentes de la central obrera dijeron que “la discusión es para qué queremos volver a la CGT”, y admitieron que hay “opiniones diversas”. En ese sentido, la misma fuente le confió a Gestión Sindical que “el acercamiento existe, es evidente, pero por ahora no hay nada definido respecto de volver a la CGT”. “Una cosa es volver y otra crear una nueva central única, esa discusión también la queremos dar”, agregó.
Por el momento, los referentes de este espacio trabajan activamente en la campaña del Frente de Rodos, con Hugo Yasky a la cabeza. Públicamente, el único que habló del tema fue el titular de SUTEBA, Roberto Baradel. “Saludamos la decisión de la CGT de propiciar la unidad dentro de esa central. Es fundamental, la unidad de la clase trabajadora, para enfrentar al neoliberalismo, defender las conquistas sociales y lograr que un gobierno de raigambre popular pueda devolvernos la felicidad”, destacó en declaraciones periodísticas.
En tanto, la posibilidad de la unidad con la CGT fue tomada con reservas por la CTA Autónoma, el espacio que lidera Ricardo Peidro y que recientemente logró el reconocimiento oficial de la justicia y el gobierno, desplazando a Pablo Micheli. Esta fracción no fue parte de las acciones lanzadas por el Frente Sindical, y mantuvo cierta distancia, pese coincidir en la mayoría de los reclamos. Por lo pronto, en esa central alternativa admiten que “hay una discusión abierta” dentro del movimiento obrero.
“Está claro que hay reacomodamientos y los distintos espacios sindicales están buscando reagruparse ya no sólo para resistir como hasta ahora sino para avanzar en esta nueva etapa que se viene”, sostuvo el secretario general de la CTA Autónoma de Capital Federal, Pablo Spataro. Pese a esto, el dirigente remarcó que “hoy no se puede aventurar la unificación de una central obrera que contenga todas las expresiones. Se necesita un debate que va a llevar un tiempo resolverlo, porque es una discusión de miles de trabajadores que la dirigencia sindical no puede avanzar en una definición tan grande sin antes tomarse todas las instancias orgánicas para tomar una decisión de esa magnitud”, analizó, en diálogo con Gestión Sindical.
La dirigencia de este espacio mostró acercamiento con el Frente de Todos –Víctor de Gennaro fue candidato a intendente en la interna en Lanús, y pese a perder se mantiene trabajando en el espacio –pero desafió el pedido de salir de las calles de Alberto Fernández con una reciente jornada nacional de lucha. Por ahora, ser parte de la central única no está en sus planes inmediatos.
A lo largo de la historia, pocas veces el movimiento obrero estuvo unificado bajo una misma central, aunque el grado de fragmentación y atomización de estos días tampoco es el usual. Desde que un grupo de gremios convocaron a un acto el 1º de mayo de 1890, y firmaron un petitorio donde se reclamaban leyes como las 8 horas laborales, la idea de unificar las luchas estuvo entre las prioridades, pero los obstáculos fueron muchos.
Lo que marca la historia
En esa época, las diferencias entre socialistas y anarquistas –en esos días dominaban los sindicatos –no permitía un entendimiento que logre la unidad. En 1901 esas distancias ideológicas se dejaron de lado y se fundó la Federación Obrera Argentina (FOA), en rigor la primera central sindical del país. Pero las disputas internas se mantuvieron, y apenas dos años después de fracturó, cuando los socialistas dieron inicio a las actividades de la Unión General de Trabajadores (UGT).
La Revolución Rusa dio fuerza al comunismo, que en nuestro país comenzó a desplazar a los anarquistas en los gremios. Por eso, en 1926 los sindicatos socialistas, comunistas y autónomos abandonaran crearon la Confederación Obrera Argentina (COA), con la Unión Ferroviaria a la cabeza. Las diferencias políticas seguían fragmentando a los trabajadores, ya que los llamados gremios revolucionarios no se sumaron a la COA y tuvieron su propio espacio: la Unión Sindical Argentina (USA).
En 1930 se funda la CGT, como respuesta al golpe de Estado, y comenzará a ganar terreno mientras socialistas y comunistas luchan por sus propias centrales. La llegada a la historia del peronismo fortalecerá a la nueva central, que absorbe el resto de los espacios y con el poder del nuevo movimiento unifica por primera vez a los gremios, algo que fue dándose a lo largo de la historia con altibajos, y que hoy busca escribir una nueva historia.
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