El gremio reconstruyó la historia de unos 10 empleados desaparecidos por el terrorismo de Estado e incorporó la información correcta sobre su situación.
Por Diego Lanese
Juan Carlos Campero fue secuestrado en enero de 1978, en el marco de la represión ilegal iniciada por la dictadura militar. De origen peronista, era trabajador ferroviario y según los testimonios recogido por visto en el centro de detención de Campo de Mayo. Cuando muchos años después su hija Juana Eva recuperó su legajo, descubrió que en las causas de su baja laboral figuraba “faltas reiteradas” y “abandono de tareas”, por lo que fue cesanteado. Así sucedió con buena parte de los trabajadores secuestrados y asesinados por esos años, hasta que el decreto 1.199 de 2012 ordenó recomponer esos legajos, e incorporar la razón de las faltas: la desaparición. De esa manera comenzó una titánica tarea en diversos organismos estatales para contar la verdad de esos empleados, que se extendió a otros rubros. En la Unión Ferroviaria, se comenzó hace unos años a restituir esos legajos, y este martes se realizó una de las primeras entregas a familiares y organismos de Derechos Humanos, en un emotivo acto realizado en la sede central del gremio. “Quisieron desaparecer sus historias, pero no pudieron”, resaltaron.
El secretario general de la Unión Ferroviaria Sergio Sasia encabezó la entrega de cerca de una docena de legajos restituidos, a partir del trabajo en conjunto con la Comisión de Trabajo por la Reconstrucción de Nuestra Identidad. Del acto central realizado en la sede de la calle Independencia participaron el ministro de Transporte Diego Giuliano, su par de Trabajo Raquel “Kelly” Olmos, el secretario de Derechos Humanos Horacio Pietragalla, Viviana Atencio, de estaa comisión, junto a funcionarios, dirigentes y una importante militancia ferroviaria, que colmó el auditorio sindical. La entrega de los legajos reparados se hizo a familiares de los trabajadores desaparecidos, o a representantes delas entidades de Derechos Humanos, que reconstruyen la historia de las víctimas del terrorismo de Estado, a través de toda la información que se pueda suministrar.
“Estas ceremonias son nacimientos, un punto departida para las familias”, dijo Atencio, que sabe bien lo que significa recuperar la historia de un paciente desaparecido: su padre Raúl Atencio fue trabajador estatal en el Servicio Nacional de Agua Potable (SNAP), y en su legajo figuraba la baja por “inasistencia injustificada”, cuando había secuestrado de su domicilio en octubre de 1976. Su caso fue uno de los primeros donde se salvó esta mentira, y se incorporó su verdadera historia. “Reparar es alcanzar la verdad”, insistió al presentar los legajos, que se vienen haciendo “gracias a la decisión de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner”. Además de pasar un video con la historia de los trabajadores argentinos, sus familiares contaron detalles de sus vidas, lo que agregó emoción a una jornada muy sentida. “Esto es una reparación y también un reconocimiento a todos los trabajadores ferroviarios, que deban pelea por los trenes, y por un país mejor”, sintetizó uno de los familiares.
Sergio Sasia: “se juegan dos Argentinas”
A la hora de los discursos, Sasia agradeció el trabajo en conjunto con Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado (FASE), cuyo presidente Damián Contreras estuvo presente en la entrega. “El ministro del Interior Eduardo ‘wado’ de Pedro también trabajó mucho para este acto, no le fue posible estar presente, pero mando sus saludos y reconocimientos”, dijo el dirigente, que también lidera la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT)
En varios de los testimonios, el pasado dio lugar al presente y el futuro, en especial por el escenario electoral que se vive. Por eso, Sasia ratificó que “se juegan dos Argentinas este año, y nosotros como representantes de los trabajadores vamos a apostar fuertemente, desde ayer tenemos que militar fuertemente, para defender la democracia y la argentina productiva y con memoria”.
Hace unos días, Sasia y los gremios de la CATT se reunieron y confirmaron que apoyarán la candidatura de Sergio Massa, algo que se ratificó en el acto de este martes. “Sabemos lo que plantean los sectores concentrados, los sectores de derecha y del neoliberalismo. Por eso nosotros vamos por la justicia que embanderó el general Juan Perón y la compañera Evita”, remarcó el dirigente. En ese proceso, pidió “por una Argentina justa con trabajo, producción y desarrollo para todos los argentinos”.
Honrar la lucha
Para el ministro Giuliano, el acto tiene “esa sensación cristalina de la verdad, se llegar al fondo para restaurarnos como argentinos”. “Estos legajos son pedazos de historia para esas familias, y todos plantearon la idea de militar, de mirar al futuro, de seguir la lucha”, recalcó el funcionario. En este sentido, se marcó que durante la dictadura se despidieron 58 mil trabajadores ferroviarios, además de cerrarse ramales y hacer desaparecer a cerca de un centenar de empleados. “Hicieron caer un proyecto de país, pero ese proyecto y los compañeros están presentes en la recuperación que estamos haciendo de los servicios ferroviarios en estos tres años y medios, en los 20 ramales recuperados”, resaltó Giuliano.
Por su parte, durante el acto la ministra Olmos entregó dos de los legajos, y marcó la “importancia de poder reconstruir esta historia, junto a los compañeros desaparecidos y sus familias”. “Esos rostros y trayectorias de vida representan a miles y miles de compañeros y compañeras, de trabajadores que dieron su vida por un ideal, por un compromiso social y colectivo”, sostuvo la funcionaria, que pidió que cada caso “sea una referencia esencial”. En este sentido, recordó que “soy de la generación que tuvo que soportar dos dictaduras, además de democracias proscriptivas donde no se podía ni decir la palabra Perón”.
Para Olmos, si bien cambiaron los escenarios, “la esencia de la lucha sigue siendo la misma, nosotros peleamos por una sociedad solidaria, mientras frente a nosotros hay egoísmo, queremos distribuir la riqueza, ellos maximizar ganancias; nosotros queremos una democracia plena, ellos vuelven a hablar de hacer desaparecer al que piensa distinto”. En este punto volvió a ratificar la necesidad de “sostener los derechos laborales”, ya que la posición viene “con el eufemismo de la reforma laboral, pero en realidad vienen por todos nuestros derechos”. Para finalizar, exclamó que la mejor forma de honrar a “esos trabajadores que dieron la vida por la Patria es seguir su lucha”. El cierre del acto fue un sentido homenaje a esas historias recuperadas: “Nos desaparecieron los cuerpos, quisieron desaparecer sus historias, pero no pudieron”
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