Con Pablo Cabrera: Expresidente del Sindicato de Trabajadores de Coca Cola (STCC), Pablo, más distendido y dispuesto, conversó con La Rel sobre su actual vínculo con la organización, de la que destaca su independencia política y económica.
“Estar en la labor sindical en un segundo plano me permite atender otros aspectos importantes, como la familia, sin dejar la militancia, que es algo que me gusta hacer. Poder aportar desde el lugar donde me toque es algo a lo que no renuncio”, comienza diciendo Pablo, quien se muestra sereno y sonriente.
-Desde esa nueva situación en la que te encontrás, ¿cómo ves al Sindicato?
-Comparando con años anteriores, veo al sindicato mucho más maduro, con una presencia política a nivel regional más firme y concreta; también más independiente, no solo en el plano político sino en el económico.
Se logró salir del proteccionismo de la FOEB (Federación de Obreros y Empleados de la Bebida), organización con la que estamos hermanados y agradecidos, pero de la cual era necesario desprenderse en el sentido de no depender tanto de ella ante cualquier conflicto que surja.
Este es uno de los grandes logros del sindicato: la construcción de su independencia política y económica.
-Y la concreción de este proyecto de rescate de la memoria, que siempre fue tu anhelo y el de Gustavo Sotelo, ¿cómo lo vivís?
-Para mí es formidable poder concretar esta idea, que Gustavo, junto a Nicolás Vilariño y cada uno de los compañeros y compañeras que aportan su granito de arena, están llevando adelante.
Es algo de vital importancia para las nuevas generaciones de trabajadores y trabajadoras que están haciendo sus primeras armas en la militancia sindical. Es un trabajo con gran calidad técnica que servirá de herramienta para las nuevas generaciones de sindicalistas.
Para que conozcan el origen de la organización, de dónde salieron los uniformes, los aguinaldos complementarios, el salario vacacional, la licencia, que no es algo que las empresas te lo regalen y sí producto de la lucha de los trabajadores organizados y de tantos compañeros. Muchos de ellos dieron su vida para que hoy nosotros podamos gozar de esos beneficios.
Al otro lado del río
-¿Qué se siente saber que desde el otro lado del ancho río, dirigentes de la talla de Raúl Álvarez y Pablo Quiroga te respetan y estiman?
-Primero que nada, orgullo. Que estas dos instituciones que son los compañeros Álvarez y Quiroga reconozcan mi labor al frente del sindicato es como que si yo jugara en la liga local de fútbol y Messi y Gallardo (o Riquelme, para los hinchas de Boca) me reconocieran (sonríe).
Tanto Raúl como Pablo son cimientos del sindicalismo latinoamericano. Está muy bien que permitan el crecimiento de la juventud abriendo la cancha a las nuevas generaciones, brindando todas las herramientas políticas para el crecimiento de los nuevos cuadros sindicales de manera solidaria y sincera como verdaderos hermanos de clase.
Ni hablar que contar con el respaldo de estos compañeros, con la solidaridad de FATAGA y de la Felatrac nos ofrece tranquilidad y un respaldo inmenso en el momento de negociar con la empresa.
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