La “mesa chica” de la central se reunió con los ministros Massa y Olmos sin la participación de Pablo Moyano.
Por Mariano Martín
La CGT se llevó un nuevo compromiso del Gobierno de que antes de fin de año saldará una deuda de 16 mil millones de pesos con las obras sociales sindicales y a cambio dio el visto bueno para el pago de un bono de fin de año a los sectores asalariados más vulnerables. Fueron las principales conclusiones de sendos encuentros que mantuvo la “mesa chica” de la central, sin la presencia de Pablo Moyano, el lunes con el ministro de Economía, Sergio Massa, y ayer con su par de Trabajo, Raquel “Kelly” Olmos. Ambos funcionarios se reunirán el lunes para definir la medida.
La política salarial sobrevoló ambos encuentros, siempre bajo la premisa de que el Ejecutivo no alterará la dinámica de las paritarias. La CGT advirtió en ese sentido que rechazará alternativas en línea con una suma fija a integrar en los sueldos, como plantea Cristina de Kirchner y el kirchnerismo en general, y solo dijo estar en condiciones de aceptar un bono por única vez, que en ese sentido debería tener carácter no remunerativo. Aunque en las reuniones no se definieron montos el plus de 30 mil pesos que el Estado pagará al personal de la administración pública nacional en diciembre se convirtió en una referencia posible.
El lunes se vieron con Massa uno de los secretarios generales de la CGT, Carlos Acuña, junto a José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), el principal referente en la problemática de la seguridad social, y Andrés Rodríguez, de los estatales de UPCN y adjunto de la central. En las oficinas del ministro en la avenida Del Libertador hablaron sobre el traspié que sufrieron en la discusión por el Presupuesto 2023 dos artículos que habían impulsado los sindicalistas y que quedaron afuera del texto aprobado por la resistencia de la oposición a votarlos.
De todos modos coincidieron, como adelantó este diario, en la importancia de que permaneciera en el texto definitivo un fondo de 148 mil millones de pesos a disposición del sector sanitario para atender crisis financieras. Ese monto excede el cálculo hecho por la CGT de un gasto proyectado para el año que viene de 100 mil millones de pesos sólo en servicios de educación y transporte para los afiliados discapacitados de las obras sociales. Alberto Fernández les había prometido ya el año pasado a los gremialistas compensarles ese desfasaje que no paró de crecer en los últimos años y que terminó por convertirse en el mayor gasto de las prestadoras.
En cuanto a los fondos para lo que resta del año, Massa había prometido distribuir entre las obras sociales un total de 24 mil millones de pesos para cubrir gastos extra en cuatro cuotas de $6 mil millones cada una hasta diciembre. De ese total llegaron a repartirse 8 mil millones de pesos. Los dirigentes el lunes se llevaron la garantía de que el ministro procurará saldar los $16 mil millones restantes en dos pagos antes de fin de año.
Ayer, en tanto, una delegación más amplia recibió a la ministra Olmos en la sede de UPCN. Para los dirigentes la principal conclusión fue lo que interpretaron como una validación de los sectores mayoritarios frente al espacio de Pablo Moyano, con el que parece haber una fractura sin retorno. Estaban Héctor Daer y Carlos Acuña junto al dueño de casa, Andrés Rodríguez, Lingeri, Armando Cavalieri (Comercio), Sergio Romero (docentes, UDA), Argentino Geneiro (Gastronómicos), Jorge Sola (personal del Seguro), Carlos Frigerio (cerveceros), Rubén Pronotti (albañiles, Uocra) y Alejandro Amor (municipales porteños), entre otros.
Entre los dirigentes alegaban que la clausura del vínculo con el camionero tenía una razón de índole jerárquica: los “gordos” de los grandes gremios de servicios y los “independientes” de buen diálogo con los gobiernos optan por hablar con Hugo Moyano, técnicamente el número uno de la Federación y el sindicato Buenos Aires de los choferes, del que su hijo mayor es adjunto. El argumento contrasta con el hecho de que hasta hace menos de seis meses Daer era subalterno de Carlos West Ocampo en la Federación de Sanidad (Fatsa) lo que jamás le impidió integrar la “mesa chica” de la CGT.
Massa y Olmos tienen previsto reunirse el lunes para delinear un anuncio relacionado con los salarios. Con la alternativa de la suma fija alentada por el kirchnerismo prácticamente descartada, en vista de la negativa de la mayoría de la central obrera y por el eventual efecto inflacionario que el propio equipo económico sospecha que podría tener, el bono de fin de año aparece como la opción más viable.
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