Entrevistó a Guillermo Imbrogno, secretario general de Aefip, los empleados de la Administración Federal de Ingresos Públicos irán al paro este jueves.
En la AFIP se respira conflicto. Un paro en puerta y otras medidas de fuerza forman parte de un plan de lucha que lleva adelante el gremio que nuclea a los trabajadores del organismo de recaudación. Noticias Urbanas entrevistó a Guillermo Imbrogno, secretario general de la Asociación de Empleados Fiscales e Ingresos Públicos (Aefip), para conocer los detalles y posibles desenlaces de la trama.
–¿Van al paro en la AFIP?
–Como profundización del plan de lucha se decidió no solamente ir al paro nacional sin concurrencia a los lugares de trabajo, este jueves 16 de agosto, sino, además, mantener el estado de asamblea permanente, con cortes sorpresivos de atención a los contribuyentes y quite de colaboración.
–¿Cuáles son las principales demandas de los trabajadores de la AFIP y qué les propusieron desde el Estado?
–En forma unánime, los trabajadores rechazamos el ajuste ilegal del administrador Leandro Cuccioli y la inconsistente e insuficiente propuesta salarial. Hemos dejado en claro que bajo ningún punto de vista convalidaremos una violación a nuestro Convenio Colectivo de Trabajo vía Cuenta de Jerarquización.
–¿Considera que el Gobierno nacional está llevando a cabo un ajuste en el organismo de recaudación de impuestos?
–La autarquía financiera de nuestro organismo debe ser respetada por el Gobierno, dado que la AFIP cuenta con financiamiento propio, y toda cuestión atinente al presupuesto debe ser discutida puertas adentro con los trabajadores, a través del Consejo de Información Institucional integrado por el sindicato. De la misma manera alertamos que este administrador de turno ha demostrado una notoria incapacidad para ver la realidad del organismo, en el que los trabajadores hemos sido protagonistas del crecimiento cuantitativo y cualitativo de la recaudación y hemos ubicado a la AFIP a la vanguardia de las administraciones tributarias del mundo.
–¿Qué características tiene el conflicto? ¿Les ofrecieron algún aumento de salarios?
–Nuestra remuneración habitual se compone de dos aspectos: el sueldo propiamente dicho y la cuenta de jerarquización. El conflicto ya lleva casi tres meses, y pretenden que nosotros firmemos un aumento a la baja y que no hagamos ningún tipo de manifestación acerca de la quita que pretenden hacer en nuestra cuenta de jerarquización. Nos ofrecieron una paritaria del 18 por ciento, pero no para todos, por lo cual había compañeros que iban a tener un incremento del 23 por ciento y otros del 10 por ciento, lo cual fue rechazado de plano. Y pretendían que aceptemos que nos rebajen la alícuota de nuestra cuenta de jerarquización entre un 14 y un 18 por ciento, motivo por el cual no suscribimos ningún acta, porque sería firmar una traición a los trabajadores. Contra esa medida, se realizó una concentración de 3.500 personas en la Capital y otras más en el resto del país.
–¿El ajuste que denuncian pasa por la reducción de personal?
–Nosotros, por bajas vegetativas, perdimos casi 1.300 compañeros entre 2017 y lo que va de este año, lo que se suma a unos 600 empleados más que se van a retirar. Los vaivenes de la política provocan que los funcionarios tengan que ir a declarar y en muchos casos se les organizan instrucciones sumarias, cosa que genera un ambiente de trabajo complicado, a diferencia de las épocas normales.
–¿Cuáles son esos vaivenes políticos que los afectan?
–Se han dado casos de que si se entra en la base de datos para cumplir con sus funciones y el trabajador de la AFIP se topa con un contribuyente sensible, rápidamente es objeto de una auditoría. Parecería que se está haciendo todo lo posible para desactivar el objetivo principal de recaudar y controlar los ingresos públicos.
–¿Cuál es la actitud de las autoridades en lo cotidiano?
–Nos dicen todos los días que hay que poner el hombro y hay que esforzarse un poco más, pero siempre resulta que es el penúltimo esfuerzo. Nos piden colaboración para que aceptemos que nos bajen los salarios, en un contexto de inflación y de constante pedido de plata al exterior, devaluación y situación económica que no ayuda a nada.
–¿Cómo evalúa al Gobierno?
–Una cosa es manejar una empresa privada y algo muy diferente es hacerse cargo de la cosa pública. Hay quien puede ser un excelente médico cirujano, pero si lo ponen a conducir un auto de Fórmula 1 seguramente fracasará. Hoy ningún funcionario tiene experiencia en administración pública y están llevando esto a un lugar que nadie espera. Nosotros tenemos una función que es la de defender a los trabajadores, y es lo que estamos haciendo.
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