La Secretaria General de la Federación de Sindicatos de Trabajadores Judiciales (FE- Sitraju) Vanesa Siley apuntó con severidad a la Corte Suprema, que a su criterio al amparo y adhesión de los grupos concentrados- no sólo se contenta con proscribir a Cristina sino que quiere manejar la economía del país.
Por: Luis Autalán.
Dejó su parecer sobre una eventual fórmula del oficialismo integrada por Sergio Massa y Cristina Fernández. Pero en cuanto a futuro fue incluso más allá: aspira a concretar la Justicia Social y un Poder Judicial con esencia popular al servicio de la gente. Una nota de color lo enmarcó al considerar que, más allá de destratos en ámbitos tradicionales del sindicalismo «todos los días» disfruta de cada hora de labor a punto de que no la considera un trabajo.
La protagonista para esta ocasión nació en Mercedes un 19 de agosto de 1984, ya con el retorno de la democracia luego de la dictadura cívico militar. En un día de furia en cuanto a su actividad, los cuales suelen sumar 7 jornadas por semana y saliendo de una reunión para ingresar a otra y marca el compás de labor para su equipo. Y recibe, en sus oficinas del anexo del Congreso, a InfoGremiales.
No le preguntamos si suscribe los dichos de Arturo Jauretche en cuanto a combatir con alegría, «porque nada grande se hace desde la tristeza» y nuestros enemigos quieren vernos grises. Es tácito que lo hace, ya que puede fruncir el ceño para hablar de la Corte Suprema, como disparar sonrisas y carcajadas a compartir con otros temas. Prueba de ello es la desmentida oficial a Wikipedia en cuanto a que si bien es abogada recibida en la UBA, no se diplomó de licenciada en Relaciones Públicas en la UADE. Como también jurar, por los cimientos del Estadio Presidente Perón, que no es hincha de Racing por la influencia de Néstor y Máximo Kirchner, sino que de La Academia, la hizo su abuelo.
Sus definiciones potentes incluso parten también con gotas de humor hasta para referir a destratos en la política y el sindicalismo. Por ahí dejó en claro que frente a esa forma de violencia, se puede tomar ventajas ya que «no te ven venir» y actuar en consecuencia. Por esa vía logró establecer desde su organización sindical una nueva etapa dentro del cariz sindical de los trabajadores y trabajadoras del Poder Judicial. Tampoco hablamos con ella sobre los signos del zodíaco y perfiles de los nacidos y nacidas bajo la influencia de Leo, su signo. Sin embargo Vanesa Siley da el talle de las características para las mujeres leoninas.
«La mujer Leo es fuerte, independiente y con mucha iniciativa. No les gusta sentirse atadas, pero son mujeres que profesan y comparten la confianza, siempre y cuando tengan la suficiente libertad para moverse a sus anchas», nos comentó hace tiempo un entendido en la materia de los astros. A la hora de esta charla estaba a punto de presentar un proyecto de resolución en la Cámara Baja por el «rotundo repudio» a los 48 despidos de trabajadores del diario Clarín. La iniciativa fue acompañada por otros diputados del oficialismo como Paula Penacca, Hugo Yasky, Sergio Palazzo, Claudia Ormachea, Pablo Carro, Carlos Ponce, María Rosa Martínez y Juan Marino. En las redes sociales escribió que «La estabilidad del empleo es uno de los pilares fundamentales de nuestro país y es nuestro deber proteger el trabajo de cada compañero y compañera». Una definición que compete a su labor parlamentaria y también como Secretaria General de la Federación de Sindicatos de Trabajadores Judiciales (FE- Sitraju).
Kirchnerista de la primera hora destacarán sus propios y la acusarán los ajenos, Cristina Fernández no oculta un cariño especial para ella, la abraza sonriente en toda reunión que comparten. Lo certifican las fotografías de esos encuentros, como la última la reunión que por el Operativo Clamor tuvieron dirigentes gremiales de la Corriente Federal de los Trabajadores y el Frente Sindical moyanista (Fresimona) se lo pudo apreciar. Cuando se le señala esto, Siley deja caer los escudos políticos que maneja para conversaciones picantes y evita cualquier comentario, sonriente claro. De allí que cuando con la misma simpatía intentó evitar referencias históricas o de algún matiz de su intimidad para comenzar la nota, le sugerimos amablemente que dejara correr el tiempo de la conversación, porque los trazos serían sobre su presente y futuro inmediato. Grabando entonces…
«No sólo pretendemos hacer el trasvasamiento generacional del Movimiento Sindical Argentino. Pretendemos que el mismo tenga una continuidad histórica con el sindicalismo de liberación. No es sólo ser las generaciones futuras de lo que hay, sino ser muy diferentes a lo que hay»
Vanesa Siley
-Hacia 2010 en la Juventud Sindical y semillero de la CGT que lideró Antonio Caló, usted estaba rodeada de compañeros como Walter Correa, Hernán Escudero, Nahuel Chancel y otros. ¿Se imaginaba que iba a llegar todo este presente después?
-No, jamás me imaginé el devenir de la historia, nunca, ni soñarlo.
-Y que hoy entre ustedes, cada cual en su rol, haya un ministro de Trabajo, referentes, legisladores, Nahuel a cargo de un sindicato potente de Ensenada como el SUPEH, ¿Le alcanza el tiempo para detenerse algunos minutos y decir: estamos en el camino?
-Sí, y también eso de haber logrado, el ir concretando las metas, los objetivos colectivos. Y se trata de una dinámica, porque no es algo que ya se defina inalterable para el futuro. Esto es un transitar, la militancia es un transitar, es una opción de vida, es ir logrando concretar los escalones para hacer el trasvasamiento generacional en el Movimiento Obrero. Creo que es eso, ir subiendo un escalón, luego otro escalón, y saber que todavía no llegamos.
-Los moldes clásicos y vigentes del sindicalismo o la política sobre la unidad en acción.
-Nuestra generación, que es la de estos compañeros que vos nombrás, demuestra que puede hacerse cargo del legado histórico de la mejor tradición del Movimiento Obrero Organizado. Algo que nosotros consideramos como sindicalismo de liberación. No es que solamente pretendamos hacer el trasvasamiento generacional del Movimiento Sindical Argentino, pretendemos que el mismo tenga una continuidad histórica con el sindicalismo de liberación. O sea no es sólo ser las generaciones futuras de lo que hay, sino ser muy diferentes a lo que hay.
-¿Cuántas veces por día se transforma en Súper Siley?
-(Sonrisa y pausa de silencio reflexiva) Trabajo muchas horas por día, 12, a veces más, soy madre también, así que eso tiene mucha demanda, una demanda de amor sobre todo. Trabajamos mucho pero amo lo que hago, muy pocas veces al día siento que estoy trabajando, la mayoría de las veces siento que estoy militando.
-¿Me dirá que ése es el gran secreto para no sufrir todo esto?
-Creo que sí, caso contrario me demandaría una jornada laboral de 8 horas, con mis tiempos de descanso semanales y mis tiempos de vacaciones anuales.
-Y lo peor, en el escenario actual del mercado de trabajo, podría ser como monotributista.
-No, siempre debería tener mis derechos. Porque una militancia es una forma de vivir.
-Su mesa chica de familia, ¿cómo se compone?
-Mi familia es también una comunidad porque muchos de los que hicimos esta migración interna de las ciudades donde nacimos, nos criamos, donde está nuestra familia, seguimos arraigados y vivimos el desarraigo. Fijate que aprendimos a vivir también fuera de nuestras ciudades de otra manera, entonces mis vínculos acá, mi familia se convirtieron en mis amigos y compañeros. La ayuda familiar, cuando los abuelos están a 100 km de distancia, son los compañeros, los amigos. Nos hacemos los apoyos, la contención, nos juntamos los domingos, es una familia ampliada.
-Habló emocionada y al pasar de su hijo…
-Un varón de 9 años.
-Otra mamá sindicalista, Marietta Ureña Russo le dijo a InfoGremiales de su admiración por usted. Incluso contó que ella le escribió por redes sociales y a las dos semanas usted estaba en la provincia de Tucumán escuchándola a ella, a todos sus compañeros y compañeras…
-¡No lo había leído! Sabía que ella había tenido una entrevista con ustedes pero esa parte no la había leído. Me hace acordar a cuando gestamos el sindicato porque eso fue para gestar la Federación, para crecer, ampliarse y dar las discusiones de esa época, que era la democratización de la Justicia. Algo que militamos mucho y la seguimos militando. Y me honra que la compañera se acuerde y lo tenga presente como un valor. Me dan ganas de seguir en esa misma dirección todo el tiempo.
-El actor Anthony Hopkins asegura que el ego debe ser un motor para ponernos en marcha, pero hasta ahí. Que después es mucho el daño que puede hacer. ¿Cómo se lleva con su ego?
-Bastante domado que lo tengo. ¿Y vos sabés qué es lo que nos enseña a domar el ego a las mujeres en particular? Convivir con la subestimación ajena.
-¿Subestimar también es una forma de violencia?
-Es un método de violencia simbólica pero como ya deja de doler en realidad terminás aprovechando la subestimación como una ventaja en vez de un desvalor. Muchas veces quienes te subestiman no te ven venir, entonces, aunque no lo creas, eso te ayuda a no sufrir por la subestimación. Todo lo contrario, te permite aprovecharla.
«Como conducción del Poder Judicial, la Corte Suprema hoy está llevando a ese poder del Estado al peor lugar del mundo, lejos de una Corte que había impulsado los juicios de lesa humanidad, que había intentado tener una apertura democrática, una apertura de género…»
-¿Lo que no mata fortalece?
-No creo que sea así. En realidad es entrenar mucho más un músculo, ni más ni menos que eso.
-Una mañana de 2017 estaban Walter Correa y usted esperando por una reunión en la recepción de la CGT. A mí te tocaba esperar para una nota, y sentí que de alguna forma les marcaban la cancha. En sectores de Azopardo, no lo van a admitir en público, pero aseveran que nunca le van a perdonar su impronta renovadora en el gremio judicial. ¿Mito o realidad?
-Realidad.
-¿Se lo hacen sentir?
-Todos los días. De hecho nuestra organización sindical, que ya está normalizada en términos formales, tiene personería gremial, nos federamos. Todos los gremios que pertenecen a la Federación tienen su personería gremial y aún no tienen su formal ingreso a la CGT y eso no es casualidad. Tardaremos un millón de años pero vamos a seguir intentándolo, porque creemos que debe haber unidad del Movimiento Obrero, fue una de las promesas de campaña de nuestro Frente de Todos. No vamos a descansar hasta lograr una verdadera unidad del Movimiento Obrero con todos adentro porque además lo necesitan los trabajadores y lo necesita la disputa del poder en nuestro país.
-¿Ese núcleo también forma parte del poder real que de tanto en tanto menciona Cristina?
-No.
-¿Creen que tienen parte del poder real?
-No, no creo tampoco.
-Corte Suprema de Justicia, tema libre si quiere desarrollarlo.
-La gran deuda de la Democracia Argentina, que pudo ser saldada cuando se hizo el juicio político a la mayoría automática de Menem en el primer gobierno de Néstor Kirchner, en 2004, 2005. Y que después tuvo un devenir en la historia donde se fue degradando esa recuperación que se había hecho en democracia. Pero fijate cuántos años, desde 1983 a 2003 no se habían podido realizar los cambios democráticos al empleado del Poder Judicial. Se comenzó a hacerlo en 2003 y nunca se pudo terminar. Como conducción del Poder Judicial la Corte Suprema hoy está llevando ese poder del Estado al peor lugar del mundo. Lejos de una Corte que había impulsado los juicios de lesa humanidad, que había intentado tener una apertura democrática, una apertura de género. Hoy, en una regresión absoluta, esa Corte se degradó y llegó a tener cuatro miembros donde se están utilizando las herramientas del Estado, en este caso del Poder Judicial, para perseguir a nuestro espacio político.
-No alcanzó con la impronta del doctor Eugenio Raúl Zaffaroni en la Corte.
-No, porque no tuvo una continuidad. Además, los poderes económicos, ese poder real, sí tiene incidencia en la Corte Suprema. Entonces no solamente tenés fallos que persiguen a nuestro sector político, principalmente a Cristina Fernández de Kirchner como líder máxima de nuestro sector político y del Frente de Todos. También tenés fallos que favorecen a los sectores económicos concentrados en nuestro país. Tenemos una Corte Suprema que pretende manejar la economía en la Argentina y no es el Poder Ejecutivo. Esa una potestad del Poder Ejecutivo, no del Poder Judicial.
-¿La sorprende?
-No, para nada. Nosotros, el Sitraju, que es una expresión dentro del sistema judicial, combate eso todos los días. Entendemos al sindicalismo, no sólo para las reivindicaciones »sine qua non», salariales, de condiciones laborales y demás. Nuestra organización de base, el Sitraju CABA, es el único sindicato en toda la República Argentina que logró un Convenio Colectivo de Trabajo en el Poder Judicial.
-¿Aplicaría ahí la cláusula: que la cuenten como quieran?
-Que la cuenten como quieran, obviamente. Eso no existe en la Justicia Federal, no existe en ningún otro lugar del país, y no solamente esas reivindicaciones de base son importantes, sino qué servicio de justicia les brindamos. Nosotros en nuestra organización sindical tenemos un lema que es: «Un Poder Judicial al servicio del Pueblo». Nos consideramos servidores públicos y nuestro jefe es el Pueblo, a ellos nos debemos, a la ciudadanía y a los más humildes sobre todo.
-Los y las «dipusindicales» en pandemia trabajaron hasta concretar la Ley de Teletrabajo, una norma que luego copiaron en Italia, la repasaron en España, etc. Ahora, la resolución del Ministerio de Trabajo para esa norma terminó siendo a gusto de los empresarios. ¿Qué sintió?
-En primer lugar fue un logro muy importante porque hacía muchísimos años que se venían presentando proyectos de ley en la Argentina para regular el Teletrabajo. De hecho esto había sido generado en diciembre, impulsado por Carlitos Tomada, y la pandemia se nos vino encima. Entonces en ese 2020 tuvimos que hacer un trabajo, desde las comisiones de trabajo con el conjunto de diputados de extracciones sindicales. Fue consensuar más de 20 proyectos de ley y sacar uno nuevo, y consensuado incluso con la oposición. En la Cámara de Diputados se votó casi por unanimidad pero en el Senado no, en el Senado ya apareció el lobby. Nosotros hicimos un trabajo en Diputados con tanta velocidad y profundidad que no llegaron a poder hacer el lobby.
-Los tiempos de la política, nunca una ciencia exacta y si plena de misterios…
-Cuando se vota en Diputados, se ve que a alguno le llevan la ley después de votarla, ahí hay algo muy gracioso para comentar, y es que le hablo a un diputado de Juntos por el Cambio, mendocino, que hoy ya no es legislador, que dice: «esta ley es una barbaridad, es una ley tremenda». Cuando reviso la votación él había votado a favor y le dije, «diputado ¿usted lee las leyes antes o después de votarlas?». Qué pasa, más allá de sí la leyó, la entendió, o no la entendió cuando la leyó, la ley es muy simple y clara. Le otorga derechos a las personas que hacen Teletrabajo e incorpora esa modalidad a la Ley de Contrato de Trabajo, lo cual le hace aplicar todos los derechos de la ley a una persona que hace Teletrabajo. Pero después de eso vino el lobby y en el Senado Juntos por el Cambio no la votó.
«Cristina es la candidata del pueblo y es candidata aunque no sea candidata«
-Dirían los jóvenes de hoy, ¿nos quedamos re-sorpresa?
-El lobby continuó y la reglamentación llegó muy tarde para mi gusto, hoy no está efectivamente implementada la ley del Teletrabajo en la Argentina. Y es algo que critico porque debería estar establecido en los Convenios Colectivos, debería ser promovido por el Ministerio de Trabajo un registro de todas las personas de Teletrabajo. Incluso debería haberse regulado mucho más la compensación de gastos, pero se lo dejó muy librado a cada Convenio Colectivo. Es una deuda pendiente regular, ejecutar y hacer cumplir una ley. Siempre digo, la tarea de una ley no se termina cuando la votás, la tarea de una ley en un gobierno popular se termina cuando la ejecutas y la hacés respetar.
-Diremos que el gobierno del FdT se pegó un tiro en el pie con esa resolución. Cada vez que recuerda la cuestión, el hoy ministro de Trabajo Bonaerense Walter Correa, no disimula un malestar potente. ¿En usted quedó bronca por esa resolución de la cartera laboral nacional?
-No es bronca, en todo caso corrió la misma suerte de la desidia en la gestión pública, que estuvo en otros temas también.
-El FdT y La Cámpora, tienen una especialidad: el destrato a los propios. ¿Mito o realidad?
-Mito.
-¿Cuántas veces la destrataron por ser mujer en el sindicalismo y en la política?
-No puedo contarlas porque sigue sucediendo todos los días (risas). Ahora con menor asiduidad que antes, pero eso tiene que ver con el patriarcado.
-¿Lo hacen los propios o los ajenos?
-Hay patriarcado en todos lados.
-¿Cable a tierra en su vida?
-Mi hijo.
-¿El cine y la música?
-Música, bailar, me gusta todo y no discrimino ningún tipo de música, voy variando. Te digo tres de distintos rubros; una DJ con La Loba, Las Pelotas en rock nacional, pero en realidad lo que más me gusta es el Indio Solari y otro ritmo más bailable, es un nuevo artista que hace trap y se llama Asepto.
-Cristina Fernández la abraza en cada foto grupal donde aparecen. ¿Se acostumbró a eso?
-No es cada vez que hay una foto grupal… (risas)
-¿Apostamos? Mire que míster Google tiene las imágenes como prueba.
-No, tampoco voy a apostar.
-¿Es como una imposición de manos? Digamos, transmisión de energía, ¿bendición política?
-¡No sé qué responder a esa pregunta! (Ríe y se sonroja)
-Hay una hipotética intención de voto del 40% para la eventual fórmula Massa-Cristina. El titular de la AFIP Carlos Castagneto dijo que si la Vicepresidenta lo dice, lo bancan…
-Cristina es la candidata del pueblo y es candidata aunque no sea candidata. Si vamos a conformar un programa político, ese programa político, como te decía con las leyes, hay que llevarlo adelante. Y el programa político del pueblo, del campo popular, el programa histórico del peronismo, deberá adaptarse y aggiornarse, porque deberá considerar las dificultades presentes, los desafíos futuros. Para mí la persona para ejecutarlo, para llevarlo adelante con todos nosotros, es ella: Cristina. Después militaremos con nuestro espacio, como siempre lo hemos hecho.
-¿Qué siente cuando incluso sus vecinos de Mercedes, trabajadores o pobres, están pensando en votar por la derecha?
-Una mayor responsabilidad. No hay nada que me dé más bronca a mí misma, y contra nosotros mismos, que un compañero, una compañera del pueblo, y lo digo por procedencia popular y por provenir de una familia humilde y laburante, que haya una persona votando contra sí misma.
-¿Una referencia global, política, social, literaria, para lo cotidiano? No vale decir Cristina.
-El Papa Francisco.
-¿Alcanza con decir que «la patria es el otro» cuando se inyectan en la sociedad mensajes en forma directa o velada y en realidad y la patria termina siendo el odio?
-Hay algo que dijo Máximo (Kirchner) una vez, que a mí me gusta repetir mucho: «Las verdades se militan», porque una verdad a solas es nada más ni menos que eso, una verdad, pero para que la verdad triunfe se la tiene que militar, entonces que la patria es el otro hay que militarla.
-La última. ¿Era hincha de Racing antes de ser kirchnerista?
-¡Sí claro que sí! (risas), mi abuelo me hizo de Racing.
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