En Chubut se debate por el alto costo laboral para procesar merluza en tierra, mientras en Mar del Plata sigue vigente el flagelo del trabajo en negro que actúa como competencia desleal. A esto se suma la voraz presión tributaria que desalienta inversiones y un pesado régimen de retenciones a las exportaciones.
El procesamiento de merluza hubbsi en tierra disparó una fuerte polémica en Chubut en las últimas semanas entre el titular de la Secretaría de Pesca y el gremio del STIA, al plantearse un debate sobre los elevados costos laborales que tiene la industria.
El pescado procesado en tierra en plantas de Chubut compite con mismo producto cortado en Mar del Plata y terminan en un mismo mercado, pero el costo de producción es diferente, entre otros factores, por la menor incidencia que tiene el costo de la mano de obra en las plantas bonaerenses donde el flagelo de la ‘informalidad laboral’ continúa haciendo la diferencia con el esquema de falsas empresas disfrazadas de cooperativas.
Factores distorsivos
La ocupación de ‘mano de obra en negro’ reduce los costos distorsionando el proceso productivo, transformándose en prácticas de ‘competencia desleal’, que a pesar de amagues y discursos de ocasión nunca hubo mucho interés ni decisión política de corregir esas situaciones en la industria pesquera marplatense.
Como contrapartida, en Chubut desde hace décadas el blanqueo laboral en la pesca es un hecho, y se mantienen prohibidas por ley la utilización del método de cooperativas para la mano de obra en las plantas de procesamiento.
Carga tributaria y retenciones
Pero el costo laboral no es el único factor determinante en la ecuación que determina los niveles de competitividad. En el país, la voraz presión tributaria es una carga que afecta la competitividad de las empresas y desincentiva las inversiones.
Aunque no es menos cierto que la presión tributaria está directamente atada al voluminoso nivel de gasto público del país, y lejos se está hoy de cambios en la política impositiva. Así la carga tributaria en Argentina constituye uno de los principales factores que atentan contra la competitividad, y en el caso de la industria pesquera, no es la excepción. Un coctel que se completa con un pesado régimen de retenciones a las exportaciones.
A la altura de Venezuela
En cuanto refiere a los impuestos al trabajo, un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) mide para cada país la variación que existe entre los costos laborales totales que paga el empleador y el salario neto percibido por el empleado.
De una muestra de 52 países, la Argentina se ubica en el puesto número 4 de mayores niveles de contribuciones a la Seguridad Social.
Otro dato devastador es que dentro de los 63 países analizados en la edición 2020 de la Ranking Global de Competitividad, la Argentina se ubicó en el puesto 62, siendo superado en su condición de país menos competitivo únicamente por Venezuela.
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