Juan Pablo Kavanagh
La presencia de Maia Volcovinsky en los principales actos de la CGT, sentada en primera fila, codeándose con los grandes caciques sindicales, no genera sorpresa. Es algo habitual y que habla del lugar, en pos de la renovación, que ya tiene a sus 43 años la dirigente de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación (UEJN) en la principal central obrera del país.
Quienes conocen a Volcovinsky desde su tarea en la UEJN hablan de una persona muy comprometida, que desde muy joven, a los 20 años, comenzó a involucrarse en la militancia sindical y en el peronismo. “Nunca dudé en afiliarme y me vi envuelta en los reclamos que tenía el sindicato, como la lucha contra el trabajo meritorio, una forma esclavizante de laburo”, recuerda en una charla con PERFIL. Ese reclamo terminó con una carpa enfrente de Tribunales y con un ayuno como forma de protesta, una experiencia que la marcó.
Porque, como subraya, “fue un bautismo de fuego que terminó bien, logramos que se terminen los meritorios”. A partir de ese momento, le llegó la propuesta de ir como congresal suplente en la lista oficialista de la UEJN, algo que aceptó sin dudar. Paralelamente, estuvo en el armado y en la presidencia de la Juventud Judicial. Y en 2014 saltó a la comisión directiva, al ser electa como secretaria de administración, y en 2022 alcanzó la secretaría adjunta de un sindicato que desde 1991 conduce Julio Piumato, uno de los máximos exponentes del gremialismo.
Su ascenso meteórico no solo se llevó a cabo en Judiciales: en noviembre de 2021 fue elegida para ocupar una silla en el consejo directivo en la CGT. “No fue casualidad lo que pasó y que siempre esté al lado de Daer, Moyano, Acuña y Martínez: Volcovinsky tiene personalidad propia y encima sabe cómo relacionarse con todos los sectores, desde los gordos, el barrionuevismo, los independientes y el moyanismo”, destaca una voz autorizada de la calle Azopardo, quien está a favor de la renovación dirigencial ante una sociedad “muy cansada” de ver las mismas caras de siempre.
En la referente sindical, también aparece el esfuerzo de ganar un lugar siendo mujer en medio de estructuras de poder dominadas por hombres, aunque dice que no quiere entrar en una “disputa de espacios con el varón”. “No tenemos que chocar con compañeros, genera división y se pierde fuerza. Hay que mirar modelos en el justicialismo de mujeres y hombres a la par, como Perón y Eva”.
Y plantea que “es importante que aparezcan nuevas generaciones en la CGT, que se les brinde importancia a las mujeres, que se confíe en nuevos referentes que trabajan desde hace años. Porque se oxigenan las miradas y aparecen más visiones”. Destaca a su vez que Piumato siempre le brindó espacio al sexo femenino.
La política nacional tampoco le es ajena. Fue candidata a diputada nacional en la lista de Roberto Lavagna en 2019, pide que el peronismo mire la obra de Perón y es muy crítica de Milei. “No tiene plan para generar trabajo, hay mucha insensibilidad y así no se van a mejorar los índices sociales complicados. Tiene que escuchar al sindicalismo”, concluye.
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