La asamblea de la Unión del Personal de Seguridad de la República Argentina (Upsra) llevada a cabo en el centro asturiano de Vicente López, rechazó la conducción de Ángel García por las diversas denuncias y amenazas recibidas en estos días entre barras, exonerados de las fuerzas, policías y espías, en un cóctel explosivo del cual nadie quiere participar.
El ministerio de trabajo se encuentra en una encrucijada; convalidar a un dirigente con diferentes procesos abiertos y cuestionables por todos lados o mirar para otro lado y dejar que lo resuelva el gobierno entrante ya que, esto último, dejo un gusto amargo que siendo un gobierno peronista no haya podido solucionar la vida institucional de 200 mil trabajadores del sector que esperaban respuestas concretas de este gobierno.
Ahora con el cambio de gobierno crece la incertidumbre si van a poder normalizar una organización que lleva más de 10 años sin elecciones y ya con todas las patas gremiales adentro de la organización, difícilmente encuentren un camino claro,
Se supo que García está muy preocupado por este cambio de gobierno ya que en el 2015 fue el Macrismo quien intento encarcelarlo y le intervino el sindicato, ahora con un 55% de apoyo a Milei -con Macri y Bullrich por detrás operando- es cuestión de horas que García quede acorralado.
Desde el sector del gerontocrata dirigente hicieron saber que, si no realiza un gran acuerdo, corre riesgo toda la organización a quedar nuevamente, varios años, en el limbo sin solución alguna. Algunas agrupaciones, consultadas sobre este tema, afirman que “no importa el gobierno que esté, vamos a seguir luchando por la normalización de nuestra organización como lo hicimos siempre”, afirmaron.
Otras agrupaciones analizan acercarse al gobierno entrante para ver si tiene un visto bueno para avanzar. Pero en síntesis, la actividad está dispersa y sin poder de movilización, ni orden. Algunos trabajadores de la seguridad privada sostienen que el único que puede normalizar este caos es Christian López del sector Moyanista, un hombre que supo ordenar su estructura y es respetado en la seguridad privada y con una proyección enorme.
Se vienen tiempos de turbulencias en el país y, si la organización no está ordenada, la seguridad privada se seguirá precarizando, se profundizará su crisis aún más y caerá la industria como nunca antes. Se esperan horas determinantes y decisivas para la seguridad privada.
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